¿Por qué decimos que estos dos conceptos representan las caras opuestas de una hipotética moneda? Muy simple, porque solo a una cara la podemos querer y rechazar a la otra. Evidentemente somos favorables a la eficiencia energética y enemigos a ultranza de la crisis.
Además de afectar al sector eléctrico, la crisis hídrica que vive Brasil -la peor en casi un siglo- ocasionará pérdidas por 8.200 millones de reales (unos US$ 1.464 millones) en el Producto Interno Bruto (PIB) este año. Se estima una caída del 0,11 % lastrada por el precio de la energía eléctrica, disparado por la falta de lluvias.
Esta mañana se reunió, de manera virtual, la Comisión de Infraestructura del Parlamento del Mercosur (Parlasur), que aprobó la propuesta de declaración presentada por varios parlamentarios paraguayos, propuesta “se insta a todos los gobiernos que integran el Mercosur, vía Consejo Mercado Común, a estrechar lazos de integración eléctrica” y que “se eliminen todas las trabas para-arancelarias que impiden que el Paraguay exporte la energía de Yacyretá que no consume al Brasil, a un precio justo”.
El economista Alfredo Pereira nos habló de la crisis energética en China, y como la misma repercute tanto en la economía de nuestro país como en la economía Global.
Dentro de 10 años el Paraguay necesitará nuevas fuentes de generación, teniendo en cuenta que entre los años 2027-2034 habría una crisis energética, y déficit de potencia entre 2027-2029, y de energía en 2032-2034.
El Ippse también corrigió su proyección, en este caso del año “del apagón eléctrico” en Paraguay, como lo calificaba humorísticamente un técnico independiente del sector Energía.