Paraguay sobrepasó ayer la barrera de los 10.000 fallecidos por coronavirus y usuarios de Twitter realizaron la comparación de su equivalente con los sectores del Estadio Defensores del Chaco.
Hace un año, cuando apenas se anunciaban los primeros casos de covid-19, el país decidió aplicar estrictas medidas sanitarias para evitar la propagación comunitaria. Muchas de esas restricciones impuestas por Salud Pública y el gobierno nacional continúan vigentes y controlan la economía de un pueblo ahogado en deudas.
El covid-19, un virus desconocido hace un año, golpeó a nuestro país así como al resto del mundo de modos que nadie imaginó, enlutando a miles de familias y dejando en la quiebra a otros cientos tras largos periodos de internación. A un año de la pandemia, la esperanza de afrontar la crisis sanitaria se deposita en la inmunización del pueblo. Sin embargo, la espera se hace cada vez más larga.
A un año del inicio de la pandemia en Paraguay, 29 son los nativos que fallecieron por la enfermedad, en tanto que 264 son a la fecha los afectados por el virus.
A pesar de duplicarse el número de camas de terapia intensiva en todo el país y del presupuesto disponible, el Ministerio de Salud Pública (MSPBS) se encontró en la última semana carente de los medicamentos utilizados para la atención de pacientes con coronavirus, principalmente para internados en las salas de terapia intensiva que desesperados claman el suministro de los fármacos en falta.
El 2020, un año que empezó en nuestro país como cualquier otro, pasará a la historia como el año en que la pandemia del Covid-19 dio la vuelta al mundo y cambió nuestro modo de vida. A un año del primer caso reportado en Paraguay, el virus ya le costó la vida a más 3.200 compatriotas y se registran oficialmente más de 160.000 casos. La enfermedad avanza y, aunque el futuro todavía se ve incierto, su contención pasa por el estricto cumplimiento del protocolo sanitario sumado a la inmunización de un pueblo que esperanzado aguarda el momento de retornar a la normalidad.