15 de noviembre de 2024
Sus retratos se caracterizan por el notable realismo, el clima de introspección e intimidad y los juegos de sombras; sus personajes, que posan generalmente contra un fondo oscuro, y nunca miran al espectador, se muestran serenos y dueños de sí, llenos de mesura y de una discreta y tranquila dignidad, como si trasuntaran ya los valores que estaba difundiendo la Reforma protestante. Siguiendo con la historia de las mujeres pintoras, hoy recordamos a Catharina van Hemessen (1528-1587) en el Suplemento Cultural.