El fallecimiento del pensador cordobés Óscar del Barco (1928-2024), figura central del pensamiento de izquierda que en 2004 desató un trascendental debate acerca de la responsabilidad de los intelectuales en la violencia revolucionaria, y en 2014 rechazó el Premio Konex “por razones éticas”, es una ocasión inexcusable para recuperar su memoria.
Hoy es el aniversario de nacimiento del autor de la mayor novela cubana del siglo XX y, en palabras de Guillermo Cabrera Infante, «el más grande poeta que ha dado Cuba».
Sobre las relaciones ocultas entre literatura y poder, y a propósito de cierta apología del piropo publicada hace unos días por uno de los miembros del jurado del «más prestigioso premio de las letras castellanas».
Con al menos 300 actos represivos, el régimen castrista de Cuba censuró las manifestaciones convocadas en el país por la disidencia para pedir la libertad de los presos políticos, dijo el Observatorio Cubano de Derechos Humanos.
Las rebeliones del 89 exigen reflexionar sobre el sentido del partido único de vanguardias esclarecidas, sobre cómo desenvolver una política democrática y racional de planificación económica, sobre la conveniencia de seguir sosteniendo liderazgos dogmáticos y vitalicios en las organizaciones populares. La aceleración de los tiempos planteados por la pandemia y la radicalización de la crisis cubana nos sitúan en un escenario aún más oportuno para enfrentarnos con el espejo brutal de nuestra historia.
«Irónicamente, tanto miembros de las élites en el poder en regímenes autoritarios como aliados y simpatizantes suyos se autoproclaman “revolucionarios” y “comunistas”», escribe la poeta anarquista Montserrat Álvarez.