15 de noviembre de 2024
Algunos muertos quedan relegados al olvido, pernoctando en un depósito recóndito de la memoria de los vivos, aguardando alguna vez ser llamados por una voz, una imagen, una cita, un verso. Estos que voy a nombrar, empero, no me necesitan para eso. Murieron en cruces de episodios azarosos, coincidencias de esas que nadie explica y para las que no se está prevenido. Se fueron durante este año 2013, confirmando el dictamen cósmico de nuestro recordado poeta Mauricio Schvartzman: la vida se desliza irremediablemente hacia la profundidad del orden de la naturaleza.