La Cámara Paraguaya de Procesadores de Oleaginosas y Cereales (Cappro) dio a conocer que las plantas aceiteras están anticipando la suspensión de sus actividades este año, pese a la gran producción de soja de la campaña agrícola 2023/2024, que superó las 10,5 millones de toneladas. El sector enfrenta una crisis debido al deterioro de sus condiciones de competitividad.
La Cámara Paraguaya de Procesadores de Oleaginosas y Cereales (Cappro) advierte que la industria aceitera nacional atraviesa una situación crítica a causa del deterioro de sus condiciones de competitividad. Preocupa al sector agroindustrial que, a pesar de que la producción de soja haya aumentado en torno al 8%, cerca de niveles récord, la molienda cierre el año con una caída superior al 10%, que implicará un nivel de ociosidad próximo al 40% de su capacidad instalada.
Tras la postergación por un año para la implementación del reglamento 1115 o “ley antideforestación”, de la Unión Europea, gremios locales hicieron énfasis en que no hay razón para frenar los trabajos que se vienen realizando para demostrar las buenas prácticas y la sostenibilidad de la producción agrícola paraguaya.
La molienda de soja en Argentina rompió el récord histórico mensual en septiembre pasado, principal destino de la cosecha paraguaya, según se desprende del informe de la Bolsa de Comercio de Rosario. En cambio, el gremio local de las agroindustrias Cappro advierte que en Paraguay la situación es contraria, ya que las industrias aceiteras están prácticamente paralizadas.
La Cámara Paraguaya de Procesadoras de Oleaginosas y Cereales (Cappro) insta al Poder Legislativo que apruebe el memorándum de entendimiento con los EE.UU. para iniciar los estudios del plan maestro para la navegabilidad del río Paraguay.
En el 2022 las aceiteras operaron en promedio solo 44% de sus capacidades. Debido a la histórica merma de la soja procesaron apenas 1.846.427 toneladas de granos y ahora necesitan más que un buen año para recuperarse, señala el gremio Cappro.