El pintor suizo Adolph Methfessel y el pintor argentino Cándido López pintaron la Guerra Grande.
Curupayty es una de las batallas más renombradas en el contexto de la Guerra contra la Triple Alianza. Iniciada la campaña defensiva, el Paraguay se encargó de fortalecer sus posiciones para evitar el avance de los aliados. A 152 años de aquella batalla, rememoramos algunos de los aspectos más destacados.
PIRAYÚ (Patricia Meza, corresponsal). Un desfile cívico estudiantil se realizó ayer en esta ciudad para conmemorar el 151° aniversario de la batalla de Curupayty, la más importante victoria de la Guerra de la Triple Alianza (1864-1870). Además se honró al general José Eduvigis Díaz, héroe de la contienda y oriundo de la comunidad.
Pobladores de Ñeembucú recordaron ayer los 151 años de la batalla de Curupayty, principal victoria del Ejército paraguayo durante la Guerra de la Triple Alianza (1864-1870). Un acto protocolar acompañado de un momento artístico y un desfile se realizaron frente al busto del General Díaz.
Las cartas contenidas en este artículo de la historiadora Liliana Brezzo podrían haber sido escritas por cualquier soldado, en cualquier guerra, en cualquier continente; por eso, nos dice la doctora Brezzo, «al leerlas, Curupayty deja de ser un lugar de memorias en disputa y se convierte en un sitio de memoria conjunta, en el que no es concebible –ni siquiera en el plano discursivo– ninguna celebración».
¿Es lícito seguir pensando los pergaminos de una nación en los términos del imaginario patriótico alimentado por episodios como la Batalla de Curupayty, en Paraguay, o la Guerra de las Malvinas, en Argentina?, plantea el historiador Federico Lorenz (Buenos Aires, 1970)