Habiendo oído ya de todo, pocas, muy pocas veces, las autoridades logran sorprendernos mayúsculamente con sus desparpajos. Pero en la semana que pasó, consultado sobre la responsabilidad aduanera en la gestión del avión iraní que vino al Paraguay, el titular de la Dirección Nacional de Aduanas, Julio Fernández, nos dejó estupefactos al afirmar que todos somos culpables de los monumentales envíos de drogas al extranjero. La afirmación provino del responsable número uno del control de las importaciones y exportaciones paraguayas en los puertos públicos y privados. Si el funcionario público, máximo responsable de estos controles primarios, diluye su responsabilidad cargando su deber administrativo sobre los hombros de todos los paraguayos, no es descabellado sospechar que la verdadera cantidad de los envíos podría haber rebasado ampliamente los 35.000 kilos que cuantifica y sospecha la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad).