El asegurado Roberto Duré (56) atravesó una situación que podría ubicarse en la frontera entre la indignación y la comedia. La última semana de marzo, retiró del Instituto de Previsión Social (IPS) Hospital Central seis blísters de enalapril. Se medicó normalmente hasta que, el miércoles por la noche, abrió la última tableta que le quedaba. Sin poder creerlo, notó que el blíster sellado era solo decorativo, pues no había pastillas adentro.
Mediante un subrepticio pacto entre bancadas, sin que figurara en el orden del día, la Cámara de Diputados aprobó el polémico proyecto que autoriza al IPS a tomar préstamos para cubrir deudas vencidas con proveedores del Fondo de Salud, que ascienden a 240 millones de dólares, lo que se ha dado en llamar “ley del bicicleteo”. Supuestamente lo hicieron para no dejar sin medicamentos e insumos a los asegurados, pero seamos claros: para lo único que servirá esta ley es para cumplir con los amigos, quienes seguramente habrán hecho un fuerte lobby, sin descartar jugosos “incentivos”. Acá el problema es mucho más profundo que la deuda del Fondo de Salud.
La Asociación de Asegurados del IPS está en vigilia ante la sorpresiva aprobación del polémico proyecto de ley que permitirá al IPS el “bicicleteo” de su deuda. Los asegurados consideran que se trata de una ley para el blanqueo de algunos negociados y que abre las puertas al vaciamiento de los fondos jubilatorios en plena época electoral.
Asegurados del Instituto de Previsión Social (IPS) emitieron un comunicado en el que piden a los senadores que rechacen el proyecto de ley que endeuda millonariamente a la previsional y que ya tiene media sanción en la Cámara de Diputados. Exigen que se depure la “dudosa deuda” a proveedores.
El drama sanitario y financiero del Instituto de Previsión Social (IPS) sigue agravándose, ante la incomprensible inacción del presidente de la República, Mario Abdo Benítez, quien mantiene a sus máximas autoridades a pesar de sus reiteradas incompetencias. Lo que antecede puede afirmarse a juzgar por las carencias de medicamentos, el pésimo servicio, las presuntas negligencias médicas, las aparentes turbias concesiones licitatorias, las deudas que crecen como hongos y parecen impagables, entre otras cosas. Es preciso tomar medidas de fondo para poner fin a esta ya insoportable calamidad sanitaria y financiera.
FILADELFIA. Asegurados del Instituto de Previsión Social (IPS) de Filadelfia, Loma Plata y Neuland presentaron un pedido de reactivación del servicio médico en el Chaco. El documento cuenta con más de 1.500 firmas que fueron acercadas a oficina de la previsional en Villa Choferes del Chaco. En Boquerón hay casi 16 mil asegurados directos que fueron dejados a la deriva por la previsional pese al millonario aporte de unos G. 10.500 millones mensuales.