Un niño de cuatro años falleció ahogado en el arroyo Mburicao mientras cruzaba con su hermano mayor. Pese a los esfuerzos de los vecinos por reanimarlo, llegó sin signos de vida al Instituto de Medicina Tropical (IMT).
El problema de la estructura en sí es más antiguo, debido al importante caudal de agua que corre por debajo y hasta por arriba en días de lluvia y la falta de mantenimiento. Los asuncenos tienen olvidado a su legendario arroyo Mburicaó y ni qué decir las autoridades municipales.
La empresa Minerva Foods, con el Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible (MADES) y la Municipalidad de Asunción, realizó una jornada de limpieza del arroyo Mburicaó, en el barrio Tablada Nueva de Asunción.
Agua. Dulce y potable. Derecho fundamental que no está garantizado para cientos de paraguayos, en un país con más de 800 ríos y arroyos y parte del segundo reservorio de agua dulce más grande del mundo. Paradoja posible mediante una seguidilla de gobiernos corruptos, a los que las necesidades del pueblo les interesan solo como argumentos para negociados con que llenar sus propios bolsillos.
El Mades ejecutó una nueva intervención en un tramo del arroyo Mburicaó y detectó que efluentes cloacales, sin ser previamente procesados, están siendo vertidos al cauce a través de un caño de Essap. Los fiscalizadores señalaron que no es la primera vez que observan esta irregularidad en el sitio e incluso señalaron que la aguatera estatal ya fue sumariada por la misma infracción.
Técnicos del Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible (Mades) realizaron una verificación en el arroyo Mburicao y tomaron muestras para medir el nivel de contaminación del mismo. El fin de semana pasado fue tendencia en las redes sociales una foto del cauce donde se puede apreciar un color oscuro en sus aguas que desembocan en el río Paraguay.