Una conocida proveedora de almuerzo escolar pugna por otro millonario contrato con el Estado. Se trata de Distribuidora del Paraguay, de Rosa Mabel Capli, que busca quedarse con un acuerdo por más G. 16.500 millones para la provisión de alimentos y cestas básicas al Ministerio de la Niñez y la Adolescencia. La empresa había sido multada en el marco del programa Hambre Cero.
El Consejo Nacional de Alimentación Escolar (Conae) anunció ayer el inicio de la segunda etapa del plan Hambre Cero, mediante la cual prometen llegar a 532.000 estudiantes más para el año lectivo 2025. En esta fase, el Gobierno continúa incluyendo a estudiantes de nivel inicial al noveno grado, y a algunos colegios de Asunción y Central, donde la comunidad educativa protestó. Aún quedarán fuera cerca de 300.000 alumnos del nivel medio, que reclaman su inclusión.
Estudiantes de cursos técnicos de un colegio público de Hernandarias claman por almuerzo escolar. Los alumnos tienen doble turno, y la falta de provisión de alimentos afecta el desarrollo normal de las clases. Acudieron a la Junta Departamental en busca de ayuda de los ediles.
Representantes de la empresa Ladero Paraguayo S.A., desmienten en un comunicado haber entregado supuestamente alimentos en mal estado, para el almuerzo escolar en una escuela pública de J. Eulogio Estigarribia. La denuncia fue realizada por el Sindicato Nacional de Directores (Sinadi), quien acudió hasta la Contraloría General de la República (CGR), exigiendo una investigación, luego de que se viralizara un vídeo en el que se exhibía este problema.
El Gobierno ha prometido que para 2025 “Hambre Cero” tendría cobertura total en las instituciones educativas. Algo, a primera vista, loable. Sin embargo, mientras esto llega, los craneócratas del proyecto han retirado a decenas de escuelas sus meriendas y almuerzos escolares, dejando a los niños con el estómago vacío y sin la que probablemente podría ser la única comida del día. Como el hambre no espera, grupos de jóvenes realizan “ollas populares” porque en la vida real, solo el pueblo salva al pueblo.
El colegio Juan E. O’Leary del distrito de Itá, en el departamento Central, dejó de recibir el almuerzo escolar desde septiembre del año pasado, con el avance de la Ley de Hambre Cero. Esto exigió a que los padres y alumnos recurran a ollas populares para contar con la comida diaria.