La violencia de género tiene muchas formas de manifestarse. Una de ellas es la violencia económica contra las mujeres. Esta resulta de la eliminación de la autonomía de la mujer y el sostenimiento de la dependencia económica. Pero, ¿qué costo tiene la violencia en materia económica para las víctimas? ¿Se pueden calcular estas pérdidas?
Hoy comenzó en Asunción el XVI Encuentro entre Mujeres Activistas y Líderes de la Sociedad Civil. Con el slogan “Presentes y futuros feministas en Paraguay”, se inició la jornada con análisis de mujeres de diferentes sectores: campesinas, de los Bañados, indígenas y comunicadoras.
Para la abogada Liliana Zayas Guggiari, exviceministra de la Mujer, este #25N, Día Internacional de la No Violencia contra las Mujeres, no podemos hablar de avances. Si bien hay avances normativos, la falta de acompañamiento de los poderes del Estado para llevarlos a la práctica, sumado al escuálido presupuesto destinado a la prevención de la violencia, nos interpela ¿Quo vadis, Paraguay?
La Fiscalía confirmó que hasta el mes de noviembre del actual año en Paraguay se registraron 38 casos de feminicidios. El otro dato alarmante es que 67 hijos quedaron huérfanos a consecuencia de los crímenes.
La expresión “crimen pasional”, que se utilizó por décadas, ya fue desterrada de las redacciones periodísticas. Más lentamente, va avanzando el conocimiento de que el factor decisivo en los feminicidios no es la existencia de relaciones de pareja sino el odio misógino.
Paraguay tiene una deuda histórica con las mujeres víctimas de violencia de género. La falta de sensibilidad, estructura y presupuesto en las instituciones estatales dificulta el acceso a la justicia y a la protección que necesitan para superar la violencia. Un informe del Consultorio Jurídico Feminista desglosa cuáles son las principales falencias en el sistema paraguayo para atender y ayudar a las víctimas.