27 de enero de 2025
Cada Presidente de esta República, cada 15 de agosto y cada cinco años jura poniendo la mano sobre alguna gastada biblia vociferando a voces que cumplirá con el mandato de una buena gestión. También hacen el acto de confirmación los parlamentarios electos y los gobernadores de los 17 departamentos. Todos prometen que la buena gestión, el desarrollo y el progreso serán el rumbo que llevará al Paraguay a sitios relevantes. El juramento se realiza ante Dios y la Patria y, que se sepa, ni Dios ni la Patria jamás castigaron por el atroz mandato cumplido durante el podrido quinquenio y así el primer mandamiento de “amarás a Dios sobre todas las cosas” es letra muerta en el Paraguay.