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El nombre del esposo es Gustavo Ortiz, quien se desempeñó en algún momento como fotógrafo del Diario Clarín, y la afortunada novia es Mercedes, y se conocen desde que él tiene nueve años y ella siete. Durante meses el hombre estuvo preparando la sorpresa junto con varias personas de buena voluntad que decidieron ayudar.
En compañía de su amigo Walter "El Mono" gestaron la boda falsa de este último con una mujer que conocería en el altar para poder invitar a Mercedes. Para asegurar que su futura esposa fuera con un vestido largo y no con uno corto como pensaba hacerlo, Gustavo imprimió tarjetas de invitación con imágenes de un salón muy refinado donde supuestamente se celebraría la boda falsa, lo que dejaba a la mujer con la obligación de estar a tono con el lugar.
Llegado el gran día, como la mejor de las fiestas sorpresas, el novio con ayuda de sus cómplices se adelantó a su novia para llegar al altar y avisar a los presentes que se acercaba el momento. Se abrieron las puertas del altar, sonó la marcha nupcial y la verdad le fue revelada a la afortunada: acababa de entrar a su propio casamiento y la emoción se apoderó de ella.
El vídeo de la ceremonia se volvió viral rápidamente en YouTube. Gustavo y Mercedes se casaron por civil en 2003 pero el novio deseaba una unión por la iglesia debido a que su madre era muy católica y uno de sus hijos recibió la primera comunión hace poco tiempo.