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“Elegí darle amor y no odio al que estacionó frente a mi garaje. Creo que le gustó, porque se fue con todos los corazoncitos de colores pegados”. Así arranca el posteo en Twitter de @PaulaBeron, ante un vehículo mal estacionado.
Luego alzó varias fotos simpáticas, pero que a la vez apuntan a un enojo porque en reiteradas ocasiones conductores le tapan la salida de su garaje. En reiteradas ocasiones publicó fotos de los rodados mal estacionados, pero ayer de la rabia acumulada decidió hacer algo diferente.
Llenó de corazoncitos adhesivos de papel un auto rojo. Además utilizó todo lo que le quedaba de hojas blancas para decirle al conductor o conductora: “Agradecé que te dejo solo notitas”, “Te voy a dejar un corazón, para no dejarte una maldición (que te mereces), “Te pasas de idiota, encima me haces gastar hojas y plata para ir a buscar a mis hijos”.
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Pero no todo terminó en un lado del auto, sino que la internauta también colocó otros mensajes del otro lado. Entre las palabras contundentes aparece: “Ahora repetí, soy un tremendo/ idiota”.
Entre otros de sus posteos escribió: “Acepto que igual le va a costar un poco quitar el labial permanente, pastoso y grasoso del limpiaparabrisas”.
Anteriormente en mayo, le pasó lo mismo, y viralizó la foto del vehículo frente a su garaje. Con la advertencia que la grúa suele estar “cerquita”. En esa ocasión le arrobó a la Municipalidad de Asunción y a la Policía Municipal de Tránsito (PMT).
En otro tuit detalló su calvario:
1) Llamé a los números de la grúa que aparecen ahí y NUNCA atendieron
2) Pasó un PMT en moto, le pedí que pare mostrándole el auto y ni bola
3) No me hago absolutamente la superada (ni me conocés)
4) Si le hubiera rayado con un destornillador hubieras aplaudido mi actitud?
Admite que lo volvería a hacer... “si tiene a mano los corazoncitos y las hojas”
En contacto con ABC, Paula Berón contó que muchas veces fue víctima de la imprudencia de los conductores. Relató que en el caso de ayer, perdió una cita médica por culpa que obstaculizaron su salida. Además tuvo que pedir auxilio a una amiga para que retire a sus hijos del colegio.
“Recibí muchas sugerencias de maldades reales, pero no podía! No me sale ser tan mala. En mi escritorio encontré un montón de esas notitas adhesivas y pensé que eso le iba a costar sacar. Así que empecé a pegar los corazoncitos. Algunos vecinos me ayudaron y trataron de llamar a la grúa, pero nadie nos atendió nunca”, explicó.
Señaló que mientras iba pegando los corazoncitos se sentía relajada y terminó riéndose. Sostuvo que pegó al menos 50 corazoncitos. Vio como el auto se iba del lugar, pero sin las hojas de los mensajes.
“No esperaba que esto se haga viral. Si vuelvo a ver un block de corazones adhesivos en una librería, llevo uno o dos, sí o sí por las dudas”, finalizó.