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El diputado Mauricio Espínola (ANR, Fuerza Republicana) y el dirigente colorado expulsado por criticar a Horacio Cartes, Gerardo Soria, se pronunciaron ante el papelón del mandatario, que finalmente quedó marginado del acto de asunción de Donald Trump, realizado en el Capitolio en Washington D.C.
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“Es histórico, empezaron diciendo hace algunos días... ¿Viajó hasta USA para reunirse con el “embajador” y ver la asunción por televisión?”, cuestionó Espínola, que días atrás, justamente, ya criticó que el gobierno intentara alardear de una supuesta “invitación histórica” de Trump a Peña, la cual nunca existió.
La crítica de Espínola, más allá del ridículo al que se expuso al presidente, es sobre el alto costo de este viaje que, por la frustrada asistencia de Peña al acto central, queda como un fiasco. Más aún ahora que ABC publicó que Peña el año pasado aumentó cuantiosamente sus gastos reservados y otros ligados a sus numerosos viajes.
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“Debe rendirse cuentas de los viajes del presidente con dinero público, y no solo saber en qué y cómo se gastó, sino en el beneficio que trae al Paraguay. Hoy el resultado es costoso para el contribuyente y negativo para la imagen país. Las cuestiones de Estado deben manejarse con la seriedad que nos merecemos los paraguayos”, dijo Espínola.
Lo comparan con un “pirata”
Por su parte, el exdirigente de seccional Gerardo Soria también aprovechó para remarcar que, desde un inicio, se advirtió de esta situación, pero el Gobierno y la maquinaria cartista se empeñó en querer instalar que la invitación fue personalmente dirigida de Trump a Peña.
“Lo dijimos desde el primer momento la “invitación” que recibió Santi Peña “nunca fue una invitación especial”, era una invitación extendida al público en general. Si hubiera sido una invitación especial, como la que recibieron los otros Presidentes, iba a tener un lugar en el evento… quería entrar de pirata y no le salió el jueguito”, disparó Soria
El mismo además consideró “lamentable” que el propio mandatario “denigre” de esta manera la investidura presidencial, aunque incluso fue más duro, al señalar con esto “una vez más se queda como el tembiguai del quincho (término más despectivo que sirviente en guaraní)”.