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El ministro de la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad), Jalil Rachid, firmó el viernes 6 de diciembre pasado, la carta a la Administración de Control de Drogas de EE.UU. (DEA) en la cual comunicaba el cese de la cooperación entre ambas instituciones.
“Atendiendo a que en los sendos convenios y adendas suscritos carecen de disposiciones específicas que establezcan un plazo de vigencia o culminación del Programa SIU, por la presente venimos a informar la culminación de la participación de la Senad con dicho programa. La decisión responde a la necesidad de optimizar la redistribución del personal operativo y fortalecer otras áreas operativas”, refiere la misiva.
“Valorando sinceramente las relaciones construidas, expresamos nuestro agradecimiento por el compromiso y la colaboración prestada durante el desarrollo de las actividades”, indica el documento.
El Gobierno de Santiago Peña no informó que EE.UU. haya respondido.
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Ministro de la Senad, nervioso e incómodo
Visiblemente incómodo, el ministro de la Senad, Jalil Rachid, no supo explicar la reculada en el quiebre de la cooperación de la DEA a la institución antidrogas de nuestro país.
Cuando se le consultó si se revirtió que la DEA ya no lidere la cooperación en la lucha antidrogas en Paraguay, respondió que “no es así”. El ministro entendió en otro sentido la pregunta. Rachid contestó que la lucha la lideran las instituciones del Paraguay.
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También respondió con hastío cuando se le consultó sobre la falta de presupuesto para la Senad. Indicó la necesidad de fortalecer la dirección de inteligencia de la institución antidrogas, que fue la excusa para el cese de la cooperación con DEA, a través de Unidad Sensible de Inteligencia (SIU).
Señaló que la Senad necesita presupuesto para contratar más agentes de inteligencia y de ese modo fortalecer la unidad.