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El 15 de setiembre último, un gendarme argentino identificado como Robert Barreto, de 31 años, fallecía en un hospital de Posadas, ciudad fronteriza con Paraguay. El efectivo policial había sido arrollado un día antes por un contrabandista de cigarrillos sobre la ruta 103, dicen las crónicas periodísticas de ese país.
El suboficial miembro del Escuadrón 11 de San Ignacio, Misiones (Argentina), participaba de un retén y el contrabandista no detuvo la marcha, señalan. El suceso conmocionó a todo el país e incluso hizo que la vicepresidenta Claudia Villarruel emitiera un mensaje de repudio a través de sus redes sociales.
El caso de ese gendarme es el más violento en las intervenciones de las autoridades argentinas en el considerado “mal endémico” para los países limítrofes a Paraguay: el contrabando de cigarrillos.
La salida ilegal de miles de cajetillas desde nuestro país tanto hacia Argentina como Brasil hace que prácticamente a diario se registren incautaciones al otro lado de la frontera, mientras del lado paraguayo existe, hasta se podría decir, una completa ceguera.
Reportes de la Gendarmería Nacional Argentina detallan que cientos de paquetes de cigarrillos de marcas producidas por Tabacalera del Este SA (Tabesa) y Mercury Tabacos SA (Metasa) son los más requisados en operativos realizados en provincias del vecino país, como Misiones, Chaco y Formosa. La primera empresa, sancionada por Estados Unidos, tenía hasta marzo de 2023 como principal accionista al expresidente y actual titular del Partido Colorado, Horacio Cartes.
En el lado brasileño, en tanto, los procedimientos son constantes y marcas producidas por Tabesa lideran las incautaciones, según las publicaciones de la Policía Federal. Para ejemplo, entre el jueves y viernes último se requisaron más de 800.000 cajetillas de cigarrillos en el estado de Paraná, Brasil. Toda la mercadería era de origen paraguayo, de acuerdo a los reportes oficiales.
Ciegos, sordos y mudos
Lo cierto es que mientras en Argentina y Brasil buscan hacer un combate firme al contrabando de cigarrillos, en el lado paraguayo persiste el silencio. Esto, pese a la vigencia de la ley Nº 6417/2019 “Que modifica y amplía los artículos 336 y 345 de la ley Nº 2422/2004 Código Aduanero”.
La normativa define al contrabando “como las acciones u omisiones, operaciones o manejos que tiendan a introducir al país o extraer de él mercaderías o efectos de cualquier clase, en violación de los requisitos esenciales exigidos por las leyes que regulan o prohíben su importación o exportación”.
Señala que el contrabando constituye, además de una infracción aduanera, un delito de acción penal pública. Establece pena privativa de libertad o multa, que también alcanza a los funcionarios que participen del hecho, ya sea por acción u omisión de cualquier tipo de contrabando.