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En comunicación con ABC Cardinal este martes, el general Julio Fullaondo, comandante de la Fuerza Aérea, afirmó que, con la ley vigente -que no contempla el derribo de aviones que atraviesan de forma ilegal el espacio aéreo paraguayo- las fuerzas de seguridad igualmente pueden “cumplir la misión” de mantener controlados los cielos del país.
El lunes, autoridades de las Fuerzas Armadas se reunieron con parlamentarios para tratar la eventual adquisición de aviones Super Tucano brasileños para la Fuerza Aérea y reiteraron que no está previsto impulsar una ley de derribo de aviones que atraviesan de forma irregular el espacio aéreo nacional.
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El general Fullaondo explicó el protocolo vigente para esos casos, que consiste en que las aeronaves de la Fuerza Aérea intercepten a los aviones ilegales y se les ordene aterrizar.
En caso de que la aeronave desconocida haga caso omiso a la orden, el avión de la Fuerza Aérea la escolta hasta el lugar donde aterrice y se da aviso a las fuerzas locales de seguridad -Policía Nacional y Ministerio Público- o, en caso de que la nave “se perfile para ir a un país vecino”, se da aviso a las autoridades de ese país para que continúen el seguimiento.
Agregó que la Fuerza Aérea tiene permitido “usar las armas” en caso de una “reacción” hostil de la aeronave interceptada o ante un potencial “peligro para terceros”.
Efecto disuasivo
Admitió que el “efecto disuasivo” que tendría una ley de derribo para las actividades de organizaciones criminales dedicadas al narcotráfico -que utilizan Paraguay como ruta ante la vulnerabilidad de su espacio aéreo y la carencia de los radares necesarios– es innegable.
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Sin embargo, argumentó que el derribo de aviones también tiene sus “contras”, como el hecho de que la destrucción de la aeronave infractora “destruye un eslabón” en la cadena de investigación.