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Era un 8 de octubre de 2008 cuando Wilfrido Adrián Cáceres Flores, entonces con 17 años, tuvo su primera aparición pública. Había acudido a la Consejería de los Derechos del Niño Niña y Adolescente (Codeni) de San Lorenzo para denunciar que directivos del Centro Regional de Educación Saturio Ríos buscaban supuestamente trabar el funcionamiento de un centro de estudiantes recientemente formado y del cual él era presidente.
Según la crónica publicada por ABC el 9 de octubre de 2008, Cáceres relató que su madre fue convocada por los directivos de la institución “para sugerirle que su hijo abandone el cargo”. Sin embargo –según él– no lo iba hacer y pedía que los directivos de la institución respetasen los derechos de organización del estudiantado.
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Al año siguiente de este episodio, Cáceres Flores aparece cursando la carrera de Derecho en la Universidad Nacional de Asunción (UNA). De esta casa de estudios egresó en 2014 y juró como abogado ante la Corte Suprema de Justicia (CSJ) el 25 de febrero de 2015.
Un año después de su juramento como abogado, febrero de 2016, Cáceres Flores consigue ingresar como funcionario contratado de la Junta Municipal de Asunción. Para entonces habían pasado escasos dos meses de que Óscar “Nenecho” Rodríguez también llegara a esa institución para ocupar el curul de concejal municipal.
Los datos recolectados por el fiscal Silvio Corbeta –que investiga a Cáceres Flores– detallan que el mismo estuvo en el legislativo hasta enero de 2017, con un salario mensual de G. 5 millones. Un punto importante es que en ese lapso también logró ingresar como docente de la UNA, con un sueldo de G. 1.385.542 por mes.
Se renueva contrato
El 1 de febrero de 2018, Cáceres llegó –de nuevo– para ser asesor de Nenecho Rodríguez, quien lograba cierto posicionamiento en el legislativo capitalino.
Esto quedó evidenciado en mayo de ese mismo año cuando luego de la renuncia del entonces concejal Hugo Ramírez, Nenecho es elegido presidente de la Junta Municipal de Asunción. Este nuevo cargo también coincidió con el primer ascenso de Cáceres el 1 de julio de 2018 al ser nombrado jefe de Gabinete del legislativo asunceno. Su salario pasó a ser de G. 16 millones al mes.
Lo casual es que a la par de la nueva contratación y el ascenso, Cáceres también comienza a acumular bienes. Fue así que el 28 de febrero de 2018 compró su primer terreno en la ciudad de Ñemby.
Además su esposa, Ruth Da Silva, consigue adquirir el 21 de setiembre de 2018 una camioneta 0 km de una concesionaria con una entrega en dólares y saldo en cuotas. Coincidentemente, el vendedor resultó ser el hermano de Nenecho, José Rodríguez Quiñónez.
Nenecho, intendente
En 2019, tanto Cáceres como su esposa seguían con llamativas inversiones. Apuntaron a terrenos hacia el interior, específicamente en Piribebuy, zona turística por excelencia.
No obstante, ese mismo año ocurre otro episodio que coincidió con el crecimiento de esta pareja. Y es que el 20 de diciembre de 2019, Nenecho –gracias a una magistral maniobra en la cual dejó fuera a varios candidatos– asume como intendente asunceno luego de la renuncia de Mario Ferreiro (independiente).
Con este nuevo puesto, Nenecho llevó consigo a Cáceres que inmediatamente pasó a ocupar un puesto clave: director de Administración y Finanzas de la comuna asuncena. Su salario mensual pasó a ser G. 20.230.340. Ya en el cargo compra un nuevo vehículo 0 km siendo otra vez el vendedor el hermano de Nenecho, José Rodríguez.
El milagro en pandemia
Lo cierto es que el acta de imputación evidencia que las mayores inversiones de Cáceres y su esposa fueron durante la pandemia del covid-19. El 9 de julio de 2020, adquiere dos terrenos contiguos en el barrio Lote Guasu de San Lorenzo, por G. 100 millones.
En estos lotes, el 20 de octubre de 2020 comenzó la construcción de una residencia con fina terminación y amoblamiento de lujo. La obra concluyó el 13 de julio de 2021, en menos de un año, y todo en pandemia.
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Un año después, entre 2022 y 2023, cuando aún eran visibles los estragos del covid-19, Cáceres realiza otra imponente obra, esta vez en su terreno de Ñemby. Construye un edificio de tres niveles donde aparentemente estaba previsto el funcionamiento de una clínica. Lo llamativo es que para ese entonces su sueldo era solo de G. 7.912.952 como asesor de Intendencia, a cargo del colorado cartista Nenecho.
La investigación fiscal detalla que tanto la lujosa casa en San Lorenzo como el edificio en Ñemby pasaron a nombre de terceras personas poco tiempo después de concluir las obras. Es donde aparece Camila Ramírez Gómez y su madre Elvira Gómez Vda. de Ramírez.
La primera, que resultó ser la secretaria de la esposa de Cáceres, supuestamente compró la vivienda el 13 de agosto de 2021 –con todo el lujo– en San Lorenzo por G. 100 millones y la otra la de Ñemby, por G. 115 millones, el 3 de junio de 2022. Sin embargo, para la sorpresa en los dos lugares aún residían realmente Cáceres y Da Silva, según comprobó la fiscalía.