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En una conversación este jueves en la sede de la Unión Industrial del Paraguay, el presidente Santiago Peña volvió a posicionar el plan de “hambre cero en educación” de su gobierno como una medida “tangible” para el combate a la pobreza a una escala más amplia.
El mandatario argumentó que “la pobreza en Paraguay no es una condición, es el resultado de malas políticas públicas o la ausencia” de esas políticas.
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Afirmó que eliminar la pobreza extrema en Paraguay en los próximos cuatro años y situar al país como una de las naciones con menor índice de pobreza en el mundo en un plazo de diez años son objetivos posibles teniendo en cuenta el número de habitantes relativamente bajo del país.
En ese sentido, señaló que “la pobreza tiene rostro de niño”, por lo que una medida “tangible, de corto plazo” es usar el sistema público para beneficiar directamente a los niños vulnerables.
Hambre cero
Dijo que el proyecto de “hambre cero”, que modifica la ley del Fondo Nacional de Inversión de Inversión Pública y Desarrollo (Fonacide), “tiene una capacidad transformadora” que permitirá atacar directamente la falta de alimentación, “una de las principales causas de deserción escolar”.
“Podemos decir que resolvimos el problema del hambre de los niños”, insistió. “Pero eso va a requerir la colaboración de todos, de las empresas, de los padres que tiene que verificar que esté llegando (el alimento). Vamos a romper la discrecionalidad, (...) con este programa el gobierno asume la responsabilidad de decir que van a comer el cien por ciento de los niños, durante el cien por ciento del año”.
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El gobierno ha enfrentado críticas en varios aspectos del plan “hambre cero”, entre ellos el hecho de que el proyecto retira el control y administración de la provisión de los alimentos escolares a dos gobernaciones, las de Presidente Hayes y Central, esta última una de solo dos gobernaciones que no están administradas por representantes del gobernante Partido Colorado.
La crisis del IPS
En otro punto, el presidente Peña habló de la situación del Instituto de Previsión Social (IPS), al que considera “una de las instituciones más golpeadas en los últimos cinco años”.
Sobre los problemas de la caja de jubilaciones de la previsional, afirmó que la creación de la Superintendencia de Jubilaciones “va a traer resultados tangibles”, pero admitió que “hoy la presión está sobre el sistema de salud” de la institución, en crisis por “un problema de flujo y de “stock”.
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“Tenemos que ver cómo cubrir el déficit de caja del fondo de salud”, dijo, y agregó que “tienen que haber mejoras en eficiencia” y la implementación de “un sistema integrado” de atención entre el Ministerio de Salud Pública y el IPS
“El problema de la salud pública no es del gobierno de turno, es un proceso de evolución como sociedad”, agregó.
Señaló como un ejemplo aspiracional el de Taiwán, donde la salud pública está atendida “en un 97 por ciento por prestadores privados, grandes empresarios que colaboran con la salud” como una “responsabilidad social”.
“Ellos cobran por eso, pero no es un negocio de lucro”, explicó. “Una buena prestación de salud pública beneficia principalmente a los empresarios”.
Jubilaciones
El mandatario se expresó también sobre la necesidad de resolver los déficits en la caja fiscal y la caja municipal de jubilaciones.
A grandes rasgos, dijo que “tenemos un sistema mal diseñado que otorgó beneficios que ya no responden a la lógica de lo que necesitamos”, señalando como ejemplo a los militares, que “pasan a retiro a los 55 años, en la plenitud de su capacidad física y mental”.
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“Ya no es lo que necesitamos, nos fuimos de unas Fuerzas Armadas que dominaban el quehacer nacional a una realidad donde no queremos que hagan nada, pero tienen un rol fundamental en la lucha contra el narcotráfico, el crimen organizado”, argumentó.
Admitió que la discusión en torno la caja fiscal va a ser “sensible”, pero expresó confianza en que se podrá llegar a una solución “que no afecte a nadie que esté en el sistema”.
Competir en los mercados internacionales
El mandatario también se expresó sobre la posición de Paraguay como jugador comercial a nivel internacional, opinando que es uno de los países “más abiertos” que importan y exportan, pero que “es momento de dejar de ser ingenuos y pensar que el mercado va a preocuparse por los paraguayos” y “tenemos que pensar por nosotros mismos”.
Opinó que las tendencias internacionales de proteccionismo económico que entraron en auge con sucesos internacionales como la presidencia de Donald Trump en los Estados Unidos o la pandemia de covid-19 colocan a Paraguay en “una encrucijada”.
“Queremos que Paraguay sea un jugador global, pero nadie va a venir a pensar por nosotros. Tenemos que dar oportunidades a las empresas nacionales de competir con internacionales que tienen gobiernos que les apoya”, dijo.
Itaipú
El presidente Peña habló igualmente de las conversaciones con Brasil en torno a la tarifa por la energía de la binacional Itaipú para 2024 y la eventual revisión del Anexo C del Tratado de Itaipú.
“Nuestra discusión no es qué vamos a hacer en 2024, es sobre el rol de Itaipú en los próximos 50 años”, dijo.
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“Durante 15 años se pagó una tasa competitiva de 22,60 (la tarifa por energía), hay voces que dicen bajemos más, y entonces entramos en un cálculo de cómo medir el retorno de una reducción en la tarifa sobre el retorno de un aumento en la inversión”, agregó. “El retorno a la inversión siempre va a ser más alto, esto choca con oposiciones históricas y requiere una mirada fresca”.