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El presidente del Congreso Nacional, Silvio “Beto” Ovelar (ANR, cartista), acompañado de varios directores del organismo, encabezó ayer la presentación de los costosos equipos informáticos comprados para “renovar” las computadoras de los legisladores y de otras oficinas del Congreso. También llegaron ayer más de 200 sillones a ser destinados a las tres salas de sesiones (Diputados, Senado y Bicameral).
Ovelar, intentando justificar la compra de 221 sillones parlamentarios a G. 5.733.031 cada uno, “mandó al frente” a sus colegas, aunque no dio nombres. “En el caso de los sillones, estos sillones son ya del año 2003, cuando se inauguró el Congreso, o sea, tienen 20 años aproximadamente los sillones y hay cuestiones que yo no puedo comentar de manera pública, pero la queja de los sillones viene de hace rato”, dijo.
Al ser insistido sobre a qué se refería con cuestiones que no podía comentar, sostuvo: “Los colegas muchas veces nos dicen, mi sillón ya no anda, pero en público muchas veces hacen exposiciones extraordinarias, que la austeridad, que esto y aquello, pero en privado te dicen otra cosa”.
La provisión de estas nuevas sillas fue adjudicada a la empresa G2 SA, que tiene como representante legal a José Manuel González González y Laura García Álvarez, a un costo total de G. 1.266.999.851 y 47 irán al Senado, 83 a Diputados y 91 a la Sala Bicameral del Congreso.
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También “expusieron” las computadoras “de oro”
Por otra parte, también expusieron ayer las cuestionadas computadoras de escritorio que compró el Congreso, y justificaron el elevado precio, alegando que son de mayor capacidad para que duren más y que también incluyen las licencias de software.
Sobre la adjudicación por G. 1.677.951.026 a tres empresas, entre ellas Emprendimientos del Sur SA, que tiene como representante legal al exfuncionario del Senado, Carlos Becker Pessolani, Ovelar se limitó a negar que tengan relación.
“Le habré visto, pero no tengo vinculación ni amistosa, no es siquiera amigo de mi amigo”, sostuvo el presidente del Congreso, que insistió que el proceso de subasta a la baja lo manejó Contrataciones Públicas.
“Se hizo una evaluación de las computadoras y muchas se encontraban obsoletas, ya eran peligrosas para almacenar información” y compramos de mayor capacidad “para que dure al menos por dos periodos”, alegó el director de Tecnologías de Información y Comunicación (TIC’s), José Ovelar.