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El 14 de diciembre pasado el presidente del Senado, Silvio “Beto” Ovelar, anunció la intención de construir más oficinas para los funcionarios legislativos con la excusa de que el “platillo volador ya no da más”. Sus expresiones generaron el repudio de la sociedad civil.
Cuando el senador ovetense pintaba como una intención ampliar la sede del Congreso, ya había concretado el plan y firmado la resolución 611 por la cual autorizaba la adjudicación de G. 5.199.009.268 a tres empresas proveedoras. (Ver facsímil).
Entre las empresas que se encargarán de ampliar y reacondicionar el edificio del Poder Legislativo se adjudica con el lote 1 a la firma Global Systems S.A. por un monto total de G. 1.064.999.762.
Como representantes legales de la empresa adjudicada por el senador Ovelar aparecen Luis Cáceres y Luz Marlene Uriarte.
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El legislador Ovelar adjudicó el segundo lote, con un monto superior a la firma Ritter Construcciones por un monto total de G. 3.637.000.000. Según la página web de la Dirección Nacional de Contrataciones Públicas (DNCP), el representante legal de la firma es Víctor Ritter Simón.
El tercer lote Ovelar adjudicó a la firma Tecnisys SRL por un monto total de G. 237.613.131. El representante legal de dicha empresa es Domingo Manuel Montanaro.
Según el detalle del contrato con las empresas adjudicadas, las obras pretenden realizarse en el cuarto piso del lugar que corresponde a la Cámara de Senadores.
En noviembre pasado, una parte del techo del Congreso, en la entrada de la sala de sesiones del Senado, se derrumbó, el cielorraso cayó a pedazos. Según habían explicado en su momento, el desmoronamiento se había producido por la humedad.
En el 2018, el Senado tuvo una gran refacción en su estructura a raíz de la quema de una parte del edificio que se originó como consecuencia de una movilización en contra del plan de enmienda mau, pretendida por el entonces presidente de la República, Horacio Cartes.
“El platillo volador ya no da más”
Hace ocho días salió a la luz pública que en la Cámara de Diputados el senador Silvio “Beto” Ovelar tenía a Alejandro Ovelar, su hijo, como funcionario de la institución, ya desde marzo.
El joven bachiller de 20 años se resistió a renunciar al cargo y tras la fuerte presión ciudadana se vio forzado a presentar su dimisión al cargo que dependía del presidente de la Cámara de Diputados, Raúl Latorre (ANR, HC).
La posición del senador Ovelar fue duramente cuestionada en redes sociales por la ciudadanía por su intención de construir más oficinas para ubicar a la parentela de parlamentarios.