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Pese a las graves inconsistencias e irregularidades, sólo dos senadoras del total de 45 integrantes con que cuenta el Senado se animaron ayer a firmar y presentar formalmente el pedido de expulsión contra el senador cartista Hernán Rivas, por uso indebido de influencias, para obtener un título de abogado de dudosa legitimidad y acceder al cargo de miembro ante el Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados (JEM).
La senadora Kattya González (PEN) sostuvo que este pedido se encuadra en el artículo 201 de la Constitución Nacional de la pérdida de investidura, acerca del uso indebido de influencias fehacientemente comprobado.
“Termina el periplo de una investigación que corrobora de forma fehaciente que el senador Hernán Rivas no tiene un título universitario y no tiene la manera de certificar que pisó una facultad de Derecho. No podemos permitir dentro del Congreso que cualquier badulaque engañe a la institución republicana y con eso acceda la presidencia de un órgano tan importante como el Jurado de Enjuiciamiento”, declaró la legisladora opositora.
Por su parte, el diputado Raúl Benítez (PEN), quien recibió las respuestas de informes, sostuvo que el senador Rivas “accedió a su título en menos de 24 horas y en plena pandemia” para jurar ante el JEM y gracias al “movimiento” de distintas instituciones, entre ellas el Ministerio de Educación y Ciencias (MEC).
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Rivas “nunca pisó un aula de la carrera de Derecho”
“Es un proceso que suele durar uno o dos meses, pero a él se le registra el título para que pueda jurar como representante en el JEM. El propio MEC nos envió dos certificados distintos sin darnos explicación alguna; claramente fue un estudiante de papel que no terminó la carrera y nunca pisó un aula de la carrera de Derecho”, añadió.
Finalmente, la senadora Celeste Amarilla (PLRA) sostuvo que el caso de Hernán Rivas sometió a un “desprestigio a todos por una ambición personal” del cartista.
“Esto es un juicio donde se juzga el comportamiento, la ética moral a un representante del pueblo”, dijo mientras un grupo importante prefiere blindar al senador ante el temor de correr de con la misma suerte.