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Eduardo Nakayama, senador de la nación, no descarta que el proyecto de aumento salarial de G. 5.000.000 para los senadores y diputados, presentado por el Poder Ejecutivo, no sea más que una estrategia de desprestigio para el Congreso, ya que mientras se ocupan de esto, otros temas pasan desapercibidos.
El Poder Ejecutivo, a través del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), solicitó a la Comisión Bicameral de Presupuesto del Congreso que incluya en el proyecto de Presupuesto General de la Nación (PGN) 2024 un aumento salarial de G. 5.000.000 para los senadores y diputados.
“Adelanto que estoy en contra del aumentazo a los legisladores, Presidente y ministros. No descarto que sea una campaña de desprestigio al Congreso”, indicó el parlamentario liberal.
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Secreto a voces
El parlamentario de la oposición sostuvo que en el Congreso es un secreto a voces que se sigue con la práctica de los famosos sobres y que se paga hasta US$ 5.000 por algunos votos.
“He escuchado eso, también vi movimientos raros y escuché que incluso se paga más”, indicó.
Agregó que como parlamentarios tienen el derecho de decir lo que creen, lo que ven y de decir hasta dónde quieren decir.
Manifestó además que el presidente de la República dijo en un programa de televisión que hay parlamentarios colorados y de la oposición que lo están extorsionando con respecto al aumentazo, “lo que comprueba lo que estoy diciendo”.
El impacto es mayor, según Nakayama
“Estamos hablando de US$ 900 mil aproximadamente versus el tema de Petropar, que era de US$ 51 millones, versus esta barra crediticia/bonos que ni sabemos qué es. Estas son las cuestiones importantes”, analizó.
Agregó que mientras se discute otros temas, por detrás pasan misiles y artillería pesada, por lo que considera que puede ser una campaña de desprestigio.
Insta a seguir denunciando
Pidió a sus colegas que no se cansen de denunciar, ya que se quiere callar al Congreso.
“Que podamos hacer una crítica no nos puede llevar a que queramos la disolución del Congreso”, añadió.
Nakayama también especificó que siempre existen intereses y estos pueden ser legítimos o ilegítimos.
“Cuando el interés se vuelca demasiado y se torna un hábito en la manera de votar siempre en el mismo sentido que el oficialismo, entonces hay al menos una nota llamativa que se tiene que analizar y estudiar”, sentenció.