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La senadora Celeste Amarilla (PLRA) denunció que se ofrecían US$ 5.000 a cambio de votos por proyectos del cartismo.
Su colega Eduardo Nakayama (PLRA) coincidió y señaló que el ofrecimiento sería principalmente para aprobar el proyecto de ley que otorga “superpoderes” al presidente Santiago Peña para emitir hasta US$ 600 millones, saltándose al Congreso, a fin pagar deudas acumuladas de los ministerios.
“También escuché lo mismo y justo sobre el de aumento de los US$ 600 millones. Para ese proyecto escuchamos los idas y vueltas en los pasillos para apoyar ese proyecto. Eso pasó por un tubo y nadie habló de eso. Increíble es”, dijo.
Según detalló, el ofrecimiento en concepto de soborno incluso alcanzaba los US$ 10.000.
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Cuchicheos y movimientos raros en pasillos del Congreso
Comentó que a él no le ofrecieron, pero que fue testigo de situaciones llamativas. “Yo escuché que se estaba dando eso y vi varios movimiento telúricos y raros; cuchicheos en los pasillos y en el baño durante la sesión, gente que se levantaba misteriosamente”, mencionó.
Incluso, no descartó que esta medida del cartismo se haya dado también en relación a otros proyectos que tuvieron una aprobación exprés.
Nakayama, asimismo, indicó que no solo se ofrecería dinero, sino que “hay muchas maneras de pagar, una quizás sería el pago de sobornos, pero también puede ser con favores”.
Al ser consultado a quiénes se habrían ofrecido los sobornos, mencionó que se tratarían de legisladores de la oposición, pero no dio nombres.
Nakayama dice que no se denuncia por temor
Cuando fue consultado por qué no se presenta denuncias formales, indicó que “acá sabemos perfectamente cómo funciona esto, generalmente el que denuncia termina siendo el más perjudicado”.
Recordó que incluso el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos acusó al expresidente Horacio Cartes de pagar sobornos a legisladores, en el marco de su sanción financiera.
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“Cartes pagó a los miembros del partido hasta $10,000 cada uno para apoyar su candidatura antes de las elecciones de 2013. Mientras era presidente de Paraguay, Cartes continuó con sus esquemas corruptos, incluido el pago en efectivo a funcionarios a cambio de su lealtad y apoyo”, según la acusación de Estados Unidos.
Bajo su gobierno, agrega, “mantuvo su control sobre la formulación de políticas a través de sobornos mensuales en efectivo, pagados a legisladores leales”, con pagos que oscilaron entre entre $5,000 y $50,000 por cada miembro, asegurando así la efectividad de este esquema “cancelando los pagos a los legisladores que no cumplieron sus órdenes”.