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El voto directo en las internas privó a los partidos políticos de tener participación en la elección de sus candidatos, lo que -a su vez- permite que figuras populares o con alto poder adquisitivo se impongan a intelectuales que no tienen una capacidad económica para hacerles frente, según mencionó el presidente de la Fundación Desarrollo en Democracia (Dende), Alberto Acosta Garbarino.
“El voto directo dejó sin participación a los partidos políticos y cualquiera que tenga dinero o sea muy popular va a ganarle al más sabio que se presente por otro lado. Bajo este sistema, Al Capone, que tiene mucho dinero, puede ganar las elecciones”, expresó.
Agregó que es “importante” la participación de la directiva de los partidos políticos en la elección de los candidatos, a fin de obtener los mejores aspirantes a los cargos electivos, por lo que considera que el voto directo debería eliminarse en las elecciones internas.
“Para eso está el rol de los partidos políticos que es filtrar, ver que los que llegan sean los mejores posibles”, dijo.
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“Deterioro gradual” de la opinión crítica en el Congreso
Acosta Garbarino, asimismo, argumentó que cuando se planteó el voto directo se pensó que era una vía más democrática. “Cualquier modelo que vos definas, directo o indirecto, cumple con ese requisito de la autofundación de la democracia”, expresó.
Por otra parte, cuestionó que con el modelo actual se dio un deterioro de la opinión crítica dentro del Congreso Nacional.
“Siempre se va a encontrar de todo, pero había una masa crítica en ese Congreso de 1993. El deterioro fue gradual. El Congreso de 1998 también tenía otra gente en comparación al actual. Ahora hay una inmensa minoría”, dijo.