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El senador cartista Erico Galeano, imputado y desaforado en causa por presunto lavado de dinero vinculado al narcotráfico y asociación criminal en el marco del operativo “A Ultranza”, reportó en sus declaraciones juradas del 2018 (una original y dos rectificaciones posteriores) y 2023 contradictorios, sospechosos y millonarios movimientos de “deudas” en entidades estrechamente ligadas a él.
El legislador ha venido ajustando sus declaraciones a medida que es “pilllado” por Fiscalía y Contraloría.
Uno de los puntos más llamativos es que en 2018 declaraba que el club Deportivo Capiatá, sobre el cual tiene tal influencia que hasta el estadio lleva su nombre y lo dio en hipoteca, le adeudaba G. 1.100.000.000, monto supuestamente acumulado de 2013 a 2018.
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Sin embargo, dicho monto creció exponencialmente (9 veces más) en su declaración jurada del 2023, presentada el 15 de julio pasado, reportando que ahora el club supuestamente le adeuda G. 10.379.049.589.
En las observaciones, Galeano ya no indica el plazo de la deuda, sino simplemente menciona que dicho monto corresponde a “aporte a devolver al Sr. Galeano, según Estados Financieros”.
El 22 de febrero del año pasado, Erico Galeano solicitó un crédito personal por G. 10.000 millones, y como garantía hipotecaria para el pago puso el predio del estadio del Deportivo Capiatá, que está a su nombre.
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Los clubes deportivos son más vulnerables en cuanto a controles y trazabilidad de dinero, y no se puede descartar que sean utilizados para ocultar dinero “sucio”.
Erico y su relación con el fútbol
Erico Galeano no está ligado al club Deportivo Capiatá por fanatismo, sino por relación con personas investigadas y denunciadas en el marco del “A Ultranza Py”.
El actual presidente del Deportivo Capiatá, Ezequiel Ramírez Barreto (ANR, HC) fue su candidato a diputado dentro de la ANR en las pasadas elecciones y además es otro actor clave en la denuncia contra Erico, hecha por su correligionario, senador Derlis Osorio (ANR, bancada “Bernardino Caballero”).
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Ezequiel Ramírez Barreto es la persona, que según denunció el Osorio ante Fiscalía, le solicitó en nombre de Erico la suma de US$ 500.000 para ayudar al ahora prófugo Sebastián Marset, uno de los cabecillas de la supuesta estructura desarticulada en “A Ultranza”, fue jugador del Deportivo Capiatá.
Marset había caído en septiembre de 2021 con un supuesto pasaporte falso en Dubái, y según la denuncia el monto requerido por Erico era para ayudar al detenido, y a cambio dejaría Honor Colorado para pasarse al oficialismo.
Además, según detalla Fiscalía, Marset era pasajero habitual del avión perteneciente a una de las entonces empresas de Erico Galeano, Estación de Servicios Alpina S.A.
Erico Galeano, gran deudor y poco dinero en cuentas
Paradójicamente, su perfil de supuesto gran “benefactor” del Club Deportivo Capiatá contrasta con su realidad de gran deudor de la Cooperativa Capiatá, donde anteriormente también tenía gran influencia a través del concejal capiateño, Óscar Barreto (ANR, HC), actual vicepresidente del club citado y presidente de la Liga Capiateña.
Galeano declara que al momento de asunción como senador (2023), acumula deudas por G. 8.483.012.821, siendo el mayor acreedor del legislador, la Cooperativa Capiatá.
Puntualmente, es una deuda refinanciada, es decir, el legislador no cumplió con el plazo inicialmente pactado para el pago, y el saldo es de G. 8.237.532.821, a ser abonado en 19 cuotas de G. 501.000.000.
Lo llamativo es que Erico reporta que mensualmente debe pagar G. 507.300.000 en cuotas por créditos, mientras que sus ingresos en concepto de honorario y remuneración son G. 440.252.498.
Otro punto llamativo es el modesto movimiento dentro del sistema financiero formal de Erico Galeano, pese a que tiene un millonario patrimonio. En 2023 reporta apenas G. 42.237.076 en 9 cuentas bancarias y G. 350.000.000 en efectivo.
Estos montos difieren enormemente con sus declaraciones juradas previas, una original del 2018 y dos rectificaciones (2022 y 2023).
En la primera de 2018, cuando asumió como diputado, no declaró ninguna cuenta, pero sí la sideral suma de G. 8.857.966.123 en efectivo.
Luego rectificó en dos ocasiones esa declaración, y en ambos ya varió su reporte, consignando la suma de G. 488.954.196 en efectivo y otros G. 619.011.927 repartidos en 14 cuentas en bancos y cooperativas de plaza. Ambas rectificaciones fueron posteriores a ser investigado.