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“Beto (Ovelar), te mentiría si yo te digo que lo vi, pero me contaron de que diste un show... hiciste un show desde el Senado, pusiste a alguna gente en su lugar, ha pea ko la colorado hermano querido. Ecorregí pe kuñakarai nde añarakópeguare (le corregiste a esa mujer)”, afirmó ayer Horacio Cartes, en el cumpleaños del gobernador de Guairá, César Sosa (ANR, HC).
El mismo presuntamente hizo alusión a un pequeño “incidente” ocurrido en la sesión del pasado jueves del Senado, donde la senadora Kattya González (PEN) denunció por “acoso” desde la platea de periodistas a la tuitera cartista Vanessa Vázquez, quien finalmente fue obligada a salir del lugar por Ovelar.
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“Ya estaba borracho a las 6 de la tarde pío? A mi no me ‘corrigió’ Beto, le echó a la empleada de Cartes a pedido mío y de Kattya”, afirmó la senadora Celeste Amarilla (PLRA) en respuesta al discurso.
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En otra parte del discurso, Cartes también dijo que el gobierno entrante va “a tener un Partido Colorado que es ‘mano a la visera del gobierno’”. La ANR “no va a pactar con otros partidos ni otra gente que odian a nuestro partido”, afirmó.
El hecho no es simplemente anecdótico, ya que refleja una actitud autoritaria que va en auge en ambas cámaras del Congreso.
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En Cámara de Senadores, Ovelar junto a algunos “satélites” como Orlando Penner (PPQ) y Norma “Yami Nal” Aquino (exCruzada Nacional) habían pedido sanciones a los que “arman show” en las sesiones, algo que es selectivo, ya que no se aplica a Basilio “Bachi” Núñez (ANR, HC).
En Diputados, el presidente de la Cámara, diputado Raúl Latorre (ANR, HC) también había cortado el reclamo de la diputada Graciela Aguilera (PLRA, C) por limitar el debate.
“Mientras yo esté sentado en esta presidencia, acá no hay circo, ni show y acá se va a respetar la mayoría”, había dicho Latorre.
En el pasado periodo, en Diputados el cartismo ya había logrado una sanción inédita contra Celeste Amarilla, suspendiéndola por sus expresiones vertidas ante el pleno, pese a que taxativamente la Constitución los protege mediante los fueros