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–¿Cómo pesa en usted como fiscal general esta etapa histórica en que también por primera vez, un exjefe de Estado y un jefe de Estado como es el actual vicepresidente (Hugo Velázquez) hayan sido declarados “significativamente” corruptos por el Gobierno de Estados Unidos?
–Yo puedo decir: “fulano de tal es significativamente corrupto”. Es un descrédito. Es un menoscabo a la dignidad. Probablemente yo tenga evidencias para realizar esa afirmación. Me obliga a presentarlas, a decir por qué. Es bueno que instalemos este tipo de debate porque es lo que se corresponde. La introducción de información al proceso es apenas una noticia criminis. No se olvide que hay un estado constitucional supremo que subyace sobre el proceso que se llama estado de inocencia. Si el estado de inocencia no fue enervado hasta una sentencia condenatoria firme, pues entonces es lo que debe resplandecer al término del juicio. Estas son las líneas constitucionales. Ni siquiera hablo de un pensamiento personal. Entonces, las reglas del Estado de derecho que es justamente una de las orientaciones fundamentales del pueblo norteamericano, tenemos ahí doctrinas esenciales del árbol envenenado por ejemplo.
–¿Qué tiene previsto hacer con esa treintena de fiscales que fueron acusados de ser mandaderos de (exsenador cartista) González Daher para cobrarle sus cuentas a su hermano? Una jueza pidió perdón por los abusos que se hicieron en representación de la justicia.
–Yo creo que son casos abiertos. Los casos particulares todavía no los conozco. Estoy en mi primera semana de gestión. Ya lanzamos una serie de mensajes. Creo que la ciudadanía captó la intención. Hoy precisamos movernos un poco para atender en cuanto sea posible estos temas. Yo pido a la ciudadanía crédito y paciencia por 100 días. Para tener alguna respuesta a casos muy puntuales, requerimos de tiempo.
–Antes la Fiscalía era un apéndice del Poder Judicial. Hoy se dice que es un arma del Ejecutivo, de los políticos en el poder. ¿Está en condiciones de soportar la presión?
–Hay necesidad hoy de una apertura hacia todos los ejes, inclusive los grupos de presión. De la gestión que hagamos y del reconocimiento de la ciudadanía provendrá el liderazgo efectivo para hacernos escuchar en los otros estamentos del poder. Instalamos un buen inicio. Hablamos esta semana con el Ejecutivo. Tenemos reconocimiento del Legislativo por unanimidad, algo que nunca pasó.
–¿Todos votaron por usted?
–Hubo 43 (senadores) presentes a favor, pero no solamente a favor, votando cada quien, testimoniando por qué lo hacía. Eso no ocurrió jamás. Para mí es un crédito inmenso que perfila de alguna forma el reconocimiento al trabajo que podamos hacer, y nos compromete doble.
–¿No queda como una deuda? Estamos en Paraguay. De repente un político le puede pedir la cuenta: “yo voté por vos”.
–Probablemente esa mención “estamos en Paraguay”, sería muy importante si el voto fue ajustado. Pero mi elección fue por unanimidad. La interpreto como un crédito. Además, yo no me postulé en nombre de algún grupo o sector. Instalé mi figura como profesional con experiencia, a veces criticado, a veces enjuiciado, a veces sobresaliendo en las peores crisis. Si me dieron ese crédito como perfil profesional, entonces estoy muy complacido por la unanimidad.