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En los últimos días se sucedieron en la Cámara de Diputados varias propuestas de la oposición referentes a tomar medidas políticas tras la ampliación de sanciones y graves denuncias de los Estados Unidos de América contra el expresidente de la República Horacio Cartes y el actual vicepresidente Hugo Velázquez, ambos de ANR, sin embargo con la “nueva mayoría” hay nula chance de que prosperen.
A diferencia de la primera designación como “significativamente corruptos” de Cartes y Velázquez a mediados del año pasado, ahora que las internas ya pasaron a cartistas y oficialistas los une sobre todo el sentimiento de que si cae uno, posiblemente caigan todos.
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A eso hay que sumarle que en esta ocasión los señalamientos de EE.UU. también salpican a varios parlamentarios, ya que su acusación dice que Cartes “mantuvo su control sobre la formulación de políticas a través de sobornos mensuales en efectivo, pagados a legisladores leales; los pagos oscilaron entre US$ 5.000 y US$ 50.000 por cada miembro”.
Lo cierto es que actualmente, más por temor que por convicción política, la bancada de la ANR en Diputados tiene un férrea mayoría propia, haciendo prácticamente imposible que prosperen este nuevo pedido de juicio político contra Velázquez, la solicitud de pérdida de investidura de 31 diputados cartistas y llanistas supuestamente “sobornados”, e incluso proyectos de declaración para presionar a la Fiscalía que investigue las denuncias de EE.UU.
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La primera muestra de esa “unidad” se observó el lunes último en la sesión extraordinaria de Diputados, donde los colorados se enfocaron en “patotear” ante las críticas de la oposición.