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“La política tradicional ha prostituido la democracia, la vació de contenido y la relegó a una mera práctica eleccionaria, un ritual de corruptelas de todo calibre, y encima los representantes de esa política tienen el descaro de presentar su perversión como ejemplo de ejercicio democrático. Es inaudito”, manifestó la diputada Kattya González (PEN).
Indicó que los representantes de la política tradicional “no son demócratas, son proxenetas de la democracia, son rufianes de la política”. También dijo que la baja institucionalidad tiene que ver con el sometimiento de las instituciones como el Poder Judicial y la Fiscalía a los caciques políticos de turno quienes mantienen sus privilegios a través de esquemas bien diseñados, donde los altos cargos no priorizan una agenda de gestión, sino pagan su permanencia en sus puestos con favores personales”, enfatizó.
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Para la legisladora del Partido Encuentro Nacional (PEN), desactivar este esquema requiere que nos unamos detrás de una agenda común que empiece las reformas impostergables en el Paraguay que tienen que ver con salud, educación, tecnología, transparencia, justicia, Itaipú, y la reorganización del gasto público entre otros temas, dijo.
El índice de percepción
Según el Índice de Percepción de la Corrupción 2022, Paraguay perdió dos puntos durante este análisis y, por ende, volvió a descender en el listado. Se obtuvieron apenas 28 de 100 puntos y sigue siendo la segunda nación más corrupta de América del Sur, superada solo por Venezuela.
Desde el 2019, Paraguay mantiene un promedio de 28 puntos en el Índice. El año pasado se mejoró levemente y subió un par de puntos en el ranking, pero en 2022 volvió a perder dos.