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Durante su primera misa en Caacupé como cardenal, Adalberto Martínez lamentó que la corrupción y la impunidad estén gozando de buena salud en el Paraguay. Reclamó además políticas públicas para los jóvenes, que apunten a su formación integral para que se constituyan en factor que aporta al desarrollo del país. El purpurado presidió hoy el cuarto día del novenario de la Virgen de Caacupé.
“La corrupción y la impunidad son realidades estructurales del Paraguay, y la Iglesia se ha ocupado permanentemente en denunciarlas y proponer orientaciones para superarlas. Sin embargo, hemos constatado que no hemos avanzado mucho, en algunos aspectos hemos retrocedido y la situación se ha agravado con la aparición del crimen organizado, narcotráfico, lavado de dinero contrabando y el tráfico de personas entre otras actividades ilícitas”, dijo el cardenal.
Por otro lado, lamentó que se use el poder político para el enriquecimiento ilícito, y para operar a favor del crimen organizado.
“Es penoso cómo se usa el poder político para el enriquecimiento ilícito. Instituciones, personas y hechos concretos han sido señalados y en algunos casos se ha mostrado crudamente cómo operan a favor de autores y sectores del crimen organizado. El sentido ético de la decencia, honorabilidad, la compasión y la empatía son valores que están ausentes en algunas autoridades que desde sus cargos deberían ser promotores del bien común”, dijo en otra parte de su homilía el cardenal.
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Durante el cuarto día del Novenario entre el publicó estuvieron el presidente de la República Mario Abdo Benítez, el ministro del Interior, Federico González, el ministro de Salud, Julio Borda, el ministro de Defensa, Bernardino Soto Estigarribia, el comandante Crio. Gral. Gilberto Fleitas. Además de agentes policiales y militares, teniendo en cuenta que Adalberto Martínez es administrador apostólico.
Visitante ilustre
El intendente de Caacupé, Diego Armando Riveros, al término de la misa declaró visitante ilustre al cardenal Adalberto Martínez. También le entregó una guampa enchapada en plata hecha por orfebres caacupeños.