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Asdrúbal Antonio Fretes Valenzano era un funcionario público que trabajaba en la Fiscalía General del Estado, en abril del 2015. A fin de ese mes iba a cumplir 31 años, tenía un salario mensual de poco más de G. 9.910.000 y reportaba tener –apenas– esa cantidad guardada como ahorro.
Sin embargo, ese mismo mes de abril, Asdrúbal Antonio, junto a la en ese entonces modesta abogada Lourdes Beatriz González Gómez, constituyeron una empresa para hacer préstamos (y varias otras actividades más), ante la escribanía Arbo Seitz, a la que llamaron AHORAITE SA. El capital social del negocio trepó a G. 5.000 millones, es decir, unas 504 veces más que el salario que mencionaba Asdrúbal.
Lo llamativo es que armaron el negocio el 14 de abril del 2015. Apenas DIEZ días después, Asdrúbal Antonio Fretes, hijo del ministro de la Corte Antonio Fretes, SE OLVIDÓ de reportar su nueva empresa en su carácter de funcionario público.
El hijo del ministro presentó una declaración jurada ante la Contraloría el 24 de abril, y en ella solo hizo constar que tenía un sueldo como funcionario de la Fiscalía, un vehículo con 4 años de antigüedad y una tarjeta de crédito por valor de G. 2 millones. Extrañamente, a Asdrúbal Antonio, en abril del 2015, mes de su cumpleaños, la vida le sonrió y le brotó una auténtica fortuna.
Fortuna del hijo de Antonio Fretes siguió agrandándose
El hijo del ministro de la Corte Asdrúbal Fretes, además de convertirse en flamante dueño de una empresa para dar préstamos y otras asesorías, también protocolizó ese mes, ante la escribanía de Félix Nicolás Martínez Benítez, su nuevo rol como directivo de la empresa RÍO SALADO SA. Hasta ese momento, la empresa era solo de la abogada González, su socia comercial en AHORAITE SA, que había puesto 1.000 millones de guaraníes, y de Reynaldo Oporto Leiva, quien había puesto otros 1.000 millones de guaraníes, un total de G. 2.000 millones.
Según la escritura, el capital social de dicha compañía aumentó en el 2015 unas diez veces más; pasó de G. 2.000 millones a G. 20.000 millones, siempre con la socia comercial de Fretes, la abogada González y con Reynaldo Víctor Oporto Leiva. Este último aparece sugestivamente en varias de las empresas vinculadas entre sí; fue vicepresidente de Río Salado SA, presidente en Patria SA de Seguros.
Luego pasó a ser accionista de Negocios y Servicios, otra empresa del clan Fretes y figuraba por lo menos hasta marzo de este año como director titular del Banco Continental.
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En el 2015 Asdrúbal Antonio Fretes Valenzano FIRMÓ la nueva escritura de RÍO SALADO y todo el papeleo quedó finiquitado para el mes de junio del 2015.
Asdrúbal Fretes volvió a olvidar en el año 2016
El 14 de setiembre del 2016 fue la última declaración jurada del funcionario público Asdrúbal Antonio Fretes. Ante la Contraloría declaró que ganaba MENOS DINERO que el año anterior y reportaba el mismísimo ahorro que había declarado en el 2015, es decir, poco más de G. 9 millones. Lo único nuevo que agregó fueron obras de arte, por valor de G. 30 millones, y muebles de oficina, por valor de G. 15 millones.
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Inexplicablemente, el hijo del presidente de la Corte no solo movió una auténtica fortuna, sino que además OLVIDÓ mencionar en su declaración jurada a RÍO SALADO SA, con un capital ya entonces de G. 20.000 millones, de los cuales él ya poseía acciones por G. 2.100 millones, y a AHORAITE SA, con un capital de G. 5.000 millones.
Según fuentes judiciales consultadas por nuestro diario, Fretes pudo haber incurrido no solo en declaración jurada falsa tipificada con hasta 5 años de cárcel, sino además en indicios de enriquecimiento ilícito y hasta posible lavado de dinero, ya que se desconoce la fuente de los ingresos.
En el 2017, Asdrúbal Fretes Valenzano ya figuraba como accionista del Banco Continental, con su propio nombre y a través de sus empresas, según aparecía en el balance del banco. Hay indicios de que el Banco Central del Paraguay (BCP) habría incumplido normas de control financiero a las que están obligados accionistas.