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“Che mba’e la che culpa. Che sogue ha aipuru la plata. Ndaikuái máapa ndoiporúi. No sé quien en pandemia no entró en crisis... y ellos los que tuvieron un pytyvõ con este gobierno desde luego que no”, (sic) había declarado el diputado cartista Basilio “Bachi” Núñez en la sesión de la Cámara Baja desarrollada el 31 de agosto pasado. Fue luego de la aparición de un lapidario informe del Instituto Nacional de Cooperativismo (Incoop) en el cual el legislador colorado aparecía con una alta morosidad en un crédito de G. 1.000 millones otorgado por la intervenida cooperativa San Cristóbal.
Bachi, en su intento de justificar este atraso de más de casi dos años, se presentó como un afectado en sus ingresos durante las medidas sanitarias decretadas para mitigar la propagación del covid-19. Sin embargo, el aspirante a senador por el cartismo no tuvo descuentos en sus haberes como diputado, al igual que sus demás colegas, según los registros.
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Es más documentos obrantes en el portal web de la Dirección Nacional de Contrataciones Públicas (DNCP) evidenciaron que el legislador colorado consiguió en plena cuarentena sanitaria millonarios contratos por el alquiler de inmuebles en Villa Hayes. Al frente de los acuerdos, por más de G. 3.000 millones, aparece su pareja sentimental y exsecretaria de la Opaci, Nidia Lorena Cabrera.
Contra Amarilla
Lo curioso es que Bachi, luego de “cantar miseria”, el 14 de octubre pasado apareció posando con un vehículo, ya catalogado de colección. “No será un #Masserati pero es mío y anda muy bien #ChevroletComodoro 77, de paso hoy haremos #Ejercicios”, posteaba Bachi.
Con la publicación, el legislador intentaba despotricar contra su colega liberal Celeste Amarilla, quien horas antes de ese posteo aparecía posando al lado de otra marca de automóvil. Sin embargo, los seguidores en redes sociales le recordaron a Bachi su millonario crédito cooperativo impago.
Indicios de lavado
El informe del Incoop sobre la cooperativa San Cristóbal precisamente hablaba de indicios graves de lavado de dinero, ya sea a través de la captación de ahorros y la concesión de créditos.
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Bachi, según el documento, accedió al crédito de G. 1.000 millones pese a no reunir los requisitos. Además, varios comprobantes de pago por otro préstamo obtenido con anterioridad estaban archivados en la oficina del entonces presidente de la entidad, su excolega Juan Carlos Ozorio (ANR), imputado por lavado, tráfico de drogas y asociación criminal.