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- ¿Cómo ve este momento electoral, adornado con los aumentazos? Los políticos están manoteando todo. Parece que tenemos que resguardarnos como los bombardeos rusos sobre Ucrania...
- Yo creo que esto ya vivimos. Pasa en cada proceso eleccionario. La diferencia hoy es que estamos todavía con las secuelas de la pandemia, la sequía, ahora la Guerra (de Ucrania), las restricciones que China se autoimpuso y que genera un problema de logística, nos encuentra en esta situación un poco agotados. La economía sufre desde hace años y se suma en este momento pre eleccionario...
- Las internas están cada vez más intensas...
- Sobre todo en el Partido Colorado. Se nota que no se puede controlar a la tropa. Encuentra al Gobierno debilitado, igualmente en la otra carpa. Cada parlamentario potencialmente presenta un proyecto de ley para generar sus propios votantes. Incluso la nueva ley electoral contribuye a eso...
- ¿La ley contra la lista sábana?
- Sí. Entonces tenemos una catarata de iniciativas que buscan beneficiar a algunos sectores con el objetivo, yo diría exclusivo de generar recursos por un lado y por el otro, generar esos votos que son necesarios para estar en el próximo período de Gobierno.
- Alguien dijo por ahí que es un juego macabro donde prima el interés electoralista.
- Es electoral personal. Acá, ahora, cada uno tiene que generar sus votos para poder estar. Por eso decía que cada parlamentario, potencialmente tiene una grilla de leyes que puede presentar y casi todos apuntan a tocar dinero que no existe, porque el fisco está agotado, endeudado...Desde los gremios empresariales hacemos un llamado a la tranquilidad en ese sentido, parar con estas iniciativas y tener un comportamiento mucho más austero en estas circunstancias...
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- Se culpan el Ejecutivo y los congresistas. No sabemos exactamente quién tiene razón...
- La tropa que no se controla proviene del Ejecutivo, del Congreso, del Judicial también. Se trata de generar recursos para obtener votos. La combinación es mortal, no solamente en el ámbito presupuestario. El cóctel alcanza a la actividad privada. Le dan al pequeño agricultor la posibilidad de firmar un contrato a futuro de manera a poder financiar la siembra de este período. Sin embargo, se ha planteado un proyecto de ley donde ese compromiso de pago no se cumple y se deriva a una espera de un año, todo con el objetivo de obtener un beneficio personal o generar votos. Genera un perjuicio enorme a los agentes económicos, en este caso a los pequeños productores.
- Lo que buscan son aportes para sus operadores políticos. Eso es en definitiva lo claro.
- Así es. El cambio de la ley electoral que induce a que cada uno tenga que generar la cantidad de votos para estar también, exacerba un poco esa necesidad individual de tener recursos para convencer a los votantes. Afecta sobre todo a los partidos más grandes...
- La ley electoral nueva es la que promueve esa diferencia...
- Lastimosamente tiene un efecto no esperado de algo que se pretendía iba a mejorar el escenario electoral. Pero estamos viendo que cada cada candidato tiene que hacer un esfuerzo individual, y parte de ese esfuerzo individual está en usar su creatividad para obtener recursos. La racionalidad no está presente en muchos casos.
- Algún ejemplo de esta tendencia que favorecen estos planes electoralistas..
- Por ejemplo está el tema del pago compensatorio a los ex obreros de Itaipú. La cifra por sí sola es abismal, ¡enorme!
- Casi mil millones de dólares...
- Exactamente. Es el proyecto emblemático en esta línea.
- ¿No acabó acaso con el veto presidencial?
- No. Todavía no fue tratado el veto. Probablemente van a rechazar el veto. Hay un proyecto que busca ajustar la jubilación del sector público al salario vigente para el mismo cargo hoy. Un ajuste tremendo en las jubilaciones que se estima serían unos 400 millones de dólares al año. Después tenemos proyectos menores. Hay uno para indemnizar a trabajadores del Puerto que quedaron cesantes luego de que el Puerto cediera su predio para construir esos edificios que están en el centro. Son trabajadores que ya habrán recibidos sus cesantías en el marco de la ley. Ahora se presentó un proyecto de ley para pagar una indemnización a los conscriptos que participaron en el Golpe del 89. Así, suma y sigue. La creatividad es infinita. Después están los aumentos de sueldo ya para el presupuesto de 2023. Ahí están casi todos los sectores, los maestros, los médicos, todo el mundo pide aumento para pagar sueldos. A los parlamentarios no les preocupa de dónde sale el dinero. Ellos aprueban gastos sin contrapartida. El gasto debilita la economía y nos aleja de una estabilidad que es clave para obtener el grado de inversión que necesita la economía. Se deben rechazar estos aumentos y aplicar criterios de razonabilidad al gasto.
- ¿Este modelo que tenemos hace que los políticos sean en este momento un peligro para la ciudadanía?
- Los políticos son necesarios pero la sociedad tiene que ser más activa e influir en ellos. No podemos dejarles la cancha libre. La ciudadanía tiene que ser consciente que el contrapeso a la política es la capacidad de actuar también desde nuestra calidad de ciudadanos.
- Acá se busca el poder para monopolizar los negocios del Estado...
- Nosotros tenemos en ese sentido dos proyectos de ley: el de compras públicas que busca transparentar esta parte donde evidentemente, por la historia y por los hechos que se conocen, hay corrupción de por medio y claramente hay espacios para que el Estado compre mejor y haga una mejor gestión de todo lo que son los contratos del Estado y reducir la corrupción. Necesitamos que la justicia haga su parte...
- ¿Cómo se puede blindar el Estado de este vaciamiento?
- Hoy la tecnología nos ofrece una excelente oportunidad para seguir, controlar, monitorear desde la ciudadanía misma. Pero tampoco no hay otro secreto que elegir a los mejores. Por eso estas próximas elecciones son claves. Debemos tratar de elegir a la mejor gente, no solamente en el Parlamento sino también en el Ejecutivo y después velar porque se cumplan las leyes. Ahí el Poder Judicial, la Fiscalía tienen una tarea pendiente...
- El problema no es solo la corrupción, es la impunidad...
- Si la Justicia no actúa correctamente va a seguir la impunidad. Hacía ahí tenemos que apuntar. El otro gran espacio de corrupción es el empleo público, acabar con estos privilegios, las prebendas...
- Los planilleros...
- Claro, gente que figura pero no trabaja; gente que gana mucho con relación a lo que hace. Todos sabemos que la política se sirve del empleo público para mantener su electorado. No hay cosa más dolorosa para un ciudadano que tener que hacer una gestión burocrática donde los tiempos de uno no son los tiempos de la burocracia...
- Los políticos justifican. Dicen que el empleo público alivia la falta de trabajo...
- La solución al trabajo es la inversión. La inversión pública en obras de infraestructura para crear las condiciones para que la inversión privada genere la mayor fuente y oferta de trabajo decente, porque de eso también se trata. Los trabajos informales no son los más deseados, aunque es preferible tener algo informal que nada.
- ¿Hay realmente confianza en el país como se dice o es pura propaganda? El déficit es la falta de garantía jurídica...
- La inversión que estamos recibiendo es más bien una inversión de paraguayos, aunque en estos momentos todos vemos que se están ejecutando grandes inversiones extranjeras. Por eso es que tenemos que preservar la estabilidad porque Paraguay, si bien hoy es atractivo para las inversiones, mucha gente está mirando y poniéndonos a prueba, digamos, y de darse un salto en la calificación del país y de acceder al grado de inversión, es probable que tengamos en ese momento una apertura y una atracción al capital internacional muy superior.
- ¿Ese interés es genuino hacia el Paraguay o es un interés de oportunistas y especuladores?
- Yo creo que la industria de la maquila básicamente se estructuró para traer capital brasilero. Ha demostrado con el paso del tiempo de que estas inversiones son estables, que generan empleo.
- No podemos vivir solo de la maquila...
- Pero es un buen ejemplo de cómo el Paraguay está atrayendo inversiones decentes, generando empleo y generando además una relación comercial con otro país vecino, el Brasil, que es nuestro principal socio finalmente. La confianza se va materializando de a poco...
- ¿Qué nos conviene? ¿Seguimos apostando por Bolsonaro o que se venga Lula?
- (se ríe) Yo tengo el corazón a la derecha. Dejemos a los brasileros que decidan...
- Y ¿qué hacemos con los impuestos? Ahora viene el gran debate político. ¿Se mantienen o tienen que subir? A los extranjeros les sorprenden que los impuestos sean tan bajos...
- Yo creo que hay que recordar la época en que teníamos los impuestos altos y teníamos ese grado de evasión, de informalidad. Hay que ver cómo el fisco aumentó su recaudación gracias a la nueva estructura impositiva. Los que dicen que el Paraguay tiene una base impositiva baja yo creo que se equivocan. Paraguay está el medio. Una tasa de 10% de IVA, de 10% de renta a las empresas, 10% de renta personal u 8% sobre las rentas de capital, creo que no son precisamente de las más bajas. Son tasas medias, más considerando los aportes que se hacen al sistema de pensiones, etcétera. Paraguay tiene que consolidarse como un país en ese nivel. Tenemos margen para recaudar más. La informalidad de la economía es de cerca del 40%.
- La realidad aquí es que la pobreza continúa aumentando. El ejemplo práctico nos dio el padre Pedro Velasco del Bañado Sur. Dijo que en 2018 había 2.200 familias. Ahora hay más de 3.000...
- Hay cosas que tenemos que dar respuestas. Esas cosas muchas veces requiere de más gestión y algún recurso también pero mucho más gestión. El proceso de migración a la ciudad en Paraguay todavía no terminó. Todavía tenemos una población rural importante. Lo que pasa es que tenemos servicios del Estado que no funcionan. Se hizo una gran inversión en salud por la pandemia pero no podemos decir que funcionan. La educación, la seguridad, la vivienda son cambios que vamos a tener que hacer.
- Los gremios empresariales en otros países toman posiciones políticas también. ¿Qué se siente aquí? ¿Tenemos que ir a la alternancia?
- Yo creo que lo que hace falta son administradores de la cosa pública que actúen, en primer lugar con decencia, en segundo lugar, que sean pragmáticas, que tengan claro las transformaciones que hay que hacer. Yo creo que de eso se trata sin decir estoy a favor de este o el otro partido. En la gestión del Estado necesitamos personas capaces y decentes.
- Los políticos también son muy hábiles para seducir, inventar, hacer confortable la mentira ante la verdad incómoda...
- Las mentiras en campaña política parece que no son mentiras pero en el proselitismo y en la campaña todo es permitido. Después hay que ser realistas y pragmáticos. Nosotros apostamos a que los que conduzcan el país a partir del 2023 tengan esa característica.
- ¿Cuál es su opinión de esta última administración?
- A Mario Abdo le tocó bastante dura la coyuntura interna y externa. Tuvimos dos años malos por problemas climáticos. Tuvimos la pandemia y un problema de gobernabilidad feroz por la situación particular del partido Colorado (el juicio político). Sin calificar su gestión me parece que estos condimentos son los que vale la pena resaltar.
- Esa capacidad de endeudarnos se agotó. Son más de 14 mil millones de dólares de deudas. Se duplicó...
- Se agotó hacia finales de este Gobierno. El próximo Gobierno tendrá que hacer maravillas para financiar las obras públicas...
- ¿Cómo ve ese futuro tan cercano? ¿Vamos a prever riesgos sociales, desestabilizaciones por la falta de dinero?
- Por eso digo que para el próximo Gobierno se requiere de los mejores hombres porque en el período que viene los proyectos de infraestructura van a tener que ser financiados con nuevos mecanismos que están todos diseñados, trabajados de participación privada en las obras públicas que están ahí. Tenemos que ser optimistas. El 2023 creo que nos va a permitir recuperarnos por el lado de la producción agrícola, y ojalá, por el entusiasmo que genere el siguiente Gobierno.