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El suboficial primero Rodolfo Fabián Busto Machuca, de 30 años, quien era uno de los guardaespaldas del ministro del Interior Enrique Riera Escudero, recuperó su libertad y se reintegró a su antigua unidad, la Agrupación de Seguridad, que funciona en la propia Comandancia de la Policía Nacional, en Asunción. El uniformado está procesado por el asalto a un cambista ocurrido en Encarnación.
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El efectivo fue beneficiado con libertad ambulatoria por la jueza de Encarnación, María Deyanira Villalba, según la resolución firmada ya el 15 de enero pasado.
El uniformado estuvo recluido en el departamento de Investigaciones de Itapúa, en Encarnación, luego de que fuera capturado el 9 de enero pasado en Asunción.
Su detención había sido ordenada por la fiscala de Encarnación, Zulma Elizabeth Britos Coronel, quien además lo imputó por supuesto robo agravado, nada menos que en carácter de autor.
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Cambista fue baleado en asalto ocurrido en Encarnación
Es por el asalto perpetrado por dos hombres el 30 de diciembre de 2024 en la avenida Japón de Encarnación, donde fue baleado el cambista Jorge Marciano Ramírez, quien salía de su casa en una camioneta en compañía de su esposa.
Los malvivientes robaron cuando eso 10.000 dólares y además hirieron a la víctima con una pistola Glock calibre 9 milímetros, perteneciente a la Policía Nacional.
En análisis de las vainas (bala piré) encontradas en la escena confirmaron que el arma usada en el asalto en Encarnación está registrada a nombre del suboficial primero Rodolfo Fabián Busto Machuca.
Cuando este fue detenido por el caso, negó haber participado en el golpe y a la vez reveló que ya no tiene el arma desde el año 2020, cuando supuestamente la empeñó a un vecino suyo de Emboscada, el agente penitenciario Reinaldo Ortiz Ríos, de 53 años, cuya casa fue también allanada el 12 de enero pasado.
El guardiacárcel, por su lado, extraoficialmente le dijo a los policías de Investigaciones de Itapúa que supuestamente le robaron la pistola en un motín que se desató en la penitenciaría nacional de Tacumbú en el año 2023, poco antes de la histórica operación Veneratio.
Entonces, como el arma no aparece y el policía fue el último poseedor oficial de ella, este queda de momento procesado como presunto autor material, aunque para la Policía es claro que el uniformado no participó directamente de ese ilícito.