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El vergonzoso apriete policial se produjo el viernes a las 19:05 sobre 23ª Proyectada casi Nuestra Señora de la Asunción del barrio Obrero de Asunción.
Las víctimas del hecho fueron Hugo David Jacobo Platón, de 34 años; su pareja Adriana Isabel Cáceres Dapolo, de 41 años; un hijo de ambos, de 5 años, y un sobrino de la pareja, de apenas 1 año.
La familia estaba llegando a su casa en un automóvil Toyota Vitz rojo, que fue literalmente emboscado por otro coche Volkswagen Gol rojo.
En este último rodado estaban tres hombres completamente borrachos, que resultaron ser policías que regresaban de un partido de fútbol. De hecho, vestían shorts de fútbol y camisetas y usaban zapatillas.
Los tres identificados
El conductor y dueño del Gol rojo resultó ser el oficial primero Juan David Ginés Rodas, de 34 años de edad, de la promoción 2014 de la Academia de Policía, quien bajó desarmado pero que casi rompió a golpes el vehículo ajeno.
El que estaba a su lado era el suboficial inspector Derlis Joel Torres Cardozo, de 31 años, de la promoción 2011 del Colegio de Policía, quien bajó con una bandolera por el pecho y una pistola en la cintura.
En tanto el que se encontraba en el asiento trasero era el suboficial ayudante Alexander Javier Benítez Galeano, de 26 años, de la promoción 2021 del Colegio de Policía, quien bajó inicialmente con una lata de cerveza en mano y que luego también sacó de la valijera su bandolera de la que extrajo su pistola y se la colocó en la cintura.
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Los tres efectivos dijeron que se dirigían a su unidad, la Dirección General de Inteligencia Policial, que funciona en la esquina de la penitenciaría nacional de Tacumbú. Es decir, les iban a permitir a tomar su guardia en total estado etílico.
Supuestamente, querían G. 20 millones
Las víctimas del apriete hicieron su denuncia en la comisaría 4ª del barrio Obrero y en ella consignaron que los policías se identificaron como agentes de Investigaciones (no de Inteligencia) y que mientras les golpeaban los vidrios les gritaban que tenían órdenes de captura.
También dejaron constancia de que los descontrolados policías les exigían que bajaran del coche para “arreglar”.
La pareja mencionó en su denuncia que uno de los agentes que le dijo a otro que pidieran G. 20 millones para que “termine nomás ya la situación”.
El oficial y los suboficiales de Inteligencia abortaron el plan cuando salieron a la calle los familiares de las víctimas, quienes literalmente los corrieron de la zona.
De tan borrachos que estaban, los policías incluso tuvieron problemas para arrancar de nuevo su automóvil Volkswagen rojo.
Los efectivos policiales solo querían “dialogar”
Por su parte, en representación de los tres policías involucrados, el oficial primero Juan Ginés también hizo una denuncia en la misma comisaría 4ª.
El efectivo alegó que persiguieron e interceptaron el rodado de las víctimas porque supuestamente tiene “similares características” al auto con el cual “días anteriores tuvo un percance vehicular”, por lo que entonces los agentes decidieron “verificar si se trataba del mismo vehículo, con el fin de dialogar con el conductor”.
En su descargo, el oficial primero aseguró que no exigieron dinero a los denunciantes.
Audiencia indagatoria
Este lunes, las víctimas del apriete policial comparecieron ante la fiscala Fátima Marielena Girala López, titular de la Unidad 3 el Sector 1 de Asunción.
La agente del Ministerio Público mencionó que la pareja se ratificó en sus manifestaciones y que ante ello va a convocar para una declaración indagatoria a los tres policías de Inteligencia, quienes podrían ser imputados por el hecho punible de coacción.
Lo de la extorsión no correría porque los policías aparentemente no le pidieron la plata directamente a las víctimas, sino que las víctimas dijeron haber escuchado que entre los policías mencionaron dicho monto.
Sus superiores directos
El oficial Ginés y los suboficiales Torres y Benítez trabajaban de civil y desempeñaban tareas de análisis y de contrainteligencia, es decir, que manejaban información altamente sensible administrada por la Dirección General de Inteligencia Policial.
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A propósito, el director general de la Dirección General de Inteligencia Policial es el comisario general director Darío Rubén Von Brand Cuevas, quien al inicio del periodo presidencial de Santiago Peña Palacios había sido apartado de la Policía Nacional por no pasar el polígrafo, según la información oficial que suministró en ese momento el Ministerio del Interior.
Sin embargo, fue convocado de nuevo para cubrir una vacancia que se había generado con la destitución de otro comisario general por un presunto abigeato.
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El segundo al mando en esa dirección general es el comisario principal Édgar Rolando Benítez González, quien ostenta el cargo de director de la Dirección de Producción de Información.
El citado comisario principal está en proceso de ascenso al grado de comisario general inspector y es hermano menor del actual comandante de la Policía Nacional, comisario general comandante Carlos Humberto Benítez González.
El comisario principal Rolando Benítez fue nombrado recientemente en ese cargo luego del roce que aparentemente tuvo con el comisario principal Nimio Abel Cardozo Espínola, jefe del Departamento Antisecuestro, quien a su vez después de eso amenazó incluso con renunciar a la Policía Nacional.
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La Dirección General de Inteligencia Policial es una de las nueve direcciones generales que tiene la Policía Nacional y su titular podría ser considerado incluso el número cinco en toda la Policía Nacional.
Los cargos más importantes en la Policía Nacional serían, en este orden, Comandancia, Subcomandancia y las Direcciones Generales de Prevención y Seguridad, Investigación Criminal, Inteligencia Policial, Instituto Superior de Educación Policial, Justicia Policial, Asuntos Interno, Talento Humano, Administración y Finanzas y Sanidad Policial.