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El viernes último, tras la jornada de trabajo, el director de la penitenciaría regional de Pedro Juan, Miguel Eliezer Ocampos Rojas (48), se dirigía al hotel donde estaba hospedado a bordo de su vehículo particular, un Volkswagen Gol, azul, con matrícula BBD182, registrado a su nombre.
Pero tras avanzar unas cuadras, sobre la calle Orsus V. Benítez casi José Santos Lugo, barrio Santa Teresa de la capital del Amambay, le dieron alcance dos jóvenes a bordo de una potente motocicleta. El conductor del biciclo se posicionó al costado izquierdo del vehículo, ligeramente adelantado, mientras su acompañante sacó una pistola calibre 9 mm y efectuó al menos tres disparos contra la víctima hasta que el arma se trabó, presumiblemente por un desperfecto.
Los tres disparos impactaron en el automóvil y uno de ellos hirió de refilón en el abdomen a Ocampos, quien luego de avanzar unos metros y recuperarse del susto se dirigió hasta la Dirección de Policía, donde denunció lo ocurrido. Por su parte, los dos atacantes aceleraron la marcha y en la huida atropellaron un badén, por lo que casi cayeron al pavimento, finalmente se perdieron en la penumbra.
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Asegura que no tenía motivos para que lo disparen
Ocampos aseguró a los investigadores que no había sufrido ninguna amenaza previa. Hace poco más de un mes que está en el cargo de director de la cárcel regional de la ciudad, donde según la víctima no tuvo ningún problema tan grave para hayan ordenado o pagado por su muerte.
Sin embargo, Ocampos es un antiguo funcionario penitenciario oriundo de la ciudad de Concepción. Allí trabajó como jefe de seguridad de la cárcel local hasta el mes de enero pasado, cuando fue trasladado a la penitenciaría nacional de Tacumbú, luego del operativo Veneratio. En este centro penitenciario aparentemente trabajo en el traslado de los miembros de la organización criminal conocida como Clan Rotela y, luego de casi nueva meses en la capital del país, fue nuevamente comisionado como responsable de la cárcel regional de Pedro Juan Caballero.
Por su parte, el jefe de Investigaciones de Amambay, comisario principal Hugo Grance, señaló que los sicarios actuaron con mucha impericia; es más, el arma que usaron se les trabó y en la huida casi cayeron en plena calle, remarcó el investigador.
Esto hace sospechar a los agentes que el fallido atentado pudo haber sido ordenado por miembros del Clan Rotela, con lo que descartan de alguna forma que hayan sido del PCC, ya que los sicarios que operan para las mafias de la frontera generalmente usan fusiles de grueso para concretar estos ataques y generalmente no fallan.
Aunque también existe la posibilidad de que miembros del PCC recientemente trasladados de Pedro Juan Caballero al penal de máxima seguridad de Hernandarias hayan ordenado el ataque.