El juicio más largo de la historia del Paraguay “marcha a pasos de tortuga”

El juicio más largo de la historia en nuestro país “marcha a pasos de tortuga”. Es un caso por supuesta tortura que ya lleva 24 años y que tiene como principal protagonista al exministro del Interior Walter Bower. Una de las víctimas denuncia que están esperando que se “muera” para que se cierre esta causa.

El comisario Alfredo Cáceres, en silla de ruedas, durante la reconstrucción en la sede de la Marina. Cerca, Walter Bower.
El comisario Alfredo Cáceres, en silla de ruedas, durante la reconstrucción en la sede de la Marina. Cerca, Walter Bower.virgilio vera

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“Están esperando que me muera”, dijo apesadumbrado el comisario Alfredo Cáceres en declaraciones a Abc al describir su caso. Cáceres concurre a las audiencias en silla de ruedas, aquejado por una enfermedad de los pulmones “que ya es irreversible”, según confesó en declaraciones a este diario.

“Al movilizarme me agito bastante. Tomo unas pastillas que son muy caras que me permiten todavía sostenerme”, dijo con voz cavernosa, visiblemente afectado. Cáceres denunció que en la práctica a nadie parece interesarle y que la defensa de Walter Bower y de los demás acusados, los policías Merardo Palacios y Osvaldo Vera (el único que aún sigue en actividad) , tiene el terreno libre para retrasar el juicio todo lo que quisieran.

“Leen en cada sesión el contenido de expedientes que no tienen absolutamente nada que ver con el proceso por torturas. Leen por ejemplo el caso del supuesto golpe del 2000, un caso por el cual todos los acusados hemos sido sobreseídos libremente”.

El supuesto golpe al que alude Cáceres ocurrió en mayo de 2000 contra el gobierno de Luis González Macchi y tras ese hecho fue torturado un grupo de policías, cuando Bower era ministro.

Solo quieren alargar el proceso

“No entiendo porqué los jueces permiten que se pierda tiempo mezclando nuestro caso por torturas. Todo el mundo se da cuenta que solo quieren alargar el proceso para que estos torturadores sigan libres”, se lamentó.

Bower había conseguido librarse en 2021, en plena pandemia, pero una Cámara de Apelaciones anuló el juicio . y ordenó el nuevo juicio oral que arrancó en febrero de este año, hace seis meses..

La Corte Suprema confirmó la nulidad del fallo firmado por los jueces Carlos Hermosilla y Víctor Medina quienes argumentaron que no había pruebas “científicas” para certificar los apremios físicos.

La magistrada Rosanna Maldonado votó sin embargo en disidencia contradiciendo totalmente los fundamentos esgrimidos por sus colegas que favorecieron al ex ministro del Interior.

El proceso más largo de la historia

“Este es el proceso más largo de la historia del Poder Judicial. Yo sigo con la esperanza de obtener una condena ejemplar contra los acusados, para que nunca más veamos en nuestro país este crimen deleznable practicado desde el poder contra ciudadanos indefensos”, dijo Cáceres quien se mostró “cansado de tanta hipocresía” de las autoridades. “No se animan a condenar a un criminal como Walter Bower”, expresó al manifestarse harto de concurrir por tantos años a la sede judicial sin ningún resultado.

La Corte Interamericana de Derechos Humanos tuvo que intervenir y pronunciarse el año pasado luego de un pedido presentado por uno de los torturados, el oficial inspector Jorge López Sosa.

El juez uruguayo Ricardo Pérez Manrique, entonces presidente de la Corte Interamericana declaró en nombre del tribunal la responsabilidad del Estado paraguayo por los tormentos.

El Gobierno fue condenado “a promover en un plazo razonable las investigaciones que sean necesarias para determinar, juzgar y sancionar a los responsables de la tortura”.

“También deberá diseñar programas de capacitaciones para jueces y fiscales en materia de actos de torturas, como actos inhumanos, en la malla curricular de estudios de los respectivos funcionarios”

Además estableció que Paraguay debía pagar una indemnización por daños materiales (60.000 dólares a la víctima) y rendir informes del cumplimiento de la condena, bajo la supervisión de la CIDH.

Para el comisario Cáceres, “es evidente la influencia política que ejerce Bower” para dilatar por casi un cuarto de siglo el proceso: “De otra forma ya tenía que haber sido condenado hace 20 años”.

El juicio marcha a “pasos de tortuga”. La última jornada se realizó el pasado viernes y la próxima será recién el martes 27 de agosto a partir de las 8 horas. Está aún en la etapa de pruebas documental

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