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Entrada la noche del sábado último, un grupo de patrulleros de la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC) localizó las cuatro camionetas Toyota, tres Hilux doble cabina y una Fortuner, todas de última generación, que eran utilizadas por los matones al servicio del considerado por las autoridades, enemigo público número uno, el narco Macho.
Los vehículos estaban en un sector boscoso cubiertos con ramas y carpas para evitar que puedan ser vistos desde el aire, según el comunicado del Comando de Operaciones de Defensa Interna (CODI).
Igualmente, el informe confirma que las cuatro camionetas presentaban impactos de bala con entrada en el techo y que en el interior de dos de los rodados había abundantes manchas de sangre, por lo que se sospecha que habría heridos o muertos entre los responsables del ataque a tiros contra el helicóptero de la Fuerza Aérea, en el que resultaron heridos el teniente coronel Luis María Sapriza, comandante de la SAP5, y el teniente Fernando Darío Viveros. El primero sufrió impactos de bala en un brazo, mientras que el segundo fue alcanzado por las balas en un brazo y una de las piernas.
Ambos oficiales ya se encuentran fuera de peligro y en plena recuperación en el Hospital de Trauma de la capital del país.
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Vehículos usados para ataque a FTC: hay evidencias del ataque a militares
El ministro de Defensa, general (SR) Óscar González, señaló ayer a ABC que las evidencias encontradas en las camionetas confirman que hubo una respuesta de los militares al ataque sufrido en el momento en que iban a retirar a un grupo de uniformados que ingresó a la zona para realizar trabajos de inteligencia en busca de Macho.
Sin embargo, estos militares aparentemente fueron descubiertos por nativos, quienes operan al servicio del criminal y que comenzaron a hostigar en forma vehemente a los uniformados.
El ministro González aseguró que están instalados en la zona de influencia de Macho y que ya han mantenido contacto visual con los miembros de la organización mafiosa.
De acuerdo con las informaciones manejadas por los organismos de seguridad, Macho se instaló desde hace un par de años en las tierras ancestrales de los nativos ubicadas entre las colonias Brítez Cue y Americana. El narco utiliza a los nativos para trabajar en los cultivos de marihuana y las diferentes pistas clandestinas, donde aparentemente bajan periódicamente importantes cantidades de cocaína producida en Bolivia.
Estos improvisados aeródromos posiblemente están instalados en medio de la selva hasta donde es casi imposible penetrar para las fuerzas militares ya que todo el perímetro está vigilado por nativos fuertemente armados y movilizados en vehículos de alta gama.
Precisamente, en la madrugada del sábado último cinco nativos –quienes formarían parte de la logística de Macho– fueron interceptados y detenidos en las inmediaciones del sitio donde atacaron la nave militar.
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Se trata de Evaristo López Yegros (38), Benito Yegros (36) y Eugenio López Yegros (29), todos con órdenes de captura por hechos de invasión de inmueble ajeno, producción de riesgos comunes, tentativa de homicidio y trasgresión a la ley de armas. Igualmente fueron detenidos Rubén Ortega Martínez (38) y Cipriano Roa Ayala (55), ambos sin antecedentes penales.
Debido a la enorme cantidad de dinero que manejan, la estructura criminal tiene informantes en casi todos los estamentos del departamento de Canindeyú, por lo que es casi imposible armar un operativo para tomar de sorpresa al criminal.
Se sospecha que gracias a la complicidad de algunas autoridades departamentales, Macho logra mover con éxito las enormes cantidades de marihuana que produce en la región hacia el territorio brasileño, al igual que las cargas de cocaína que trae en avionetas hasta Canindeyú para enviarlas fuera del país.