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El “parapsicólogo” Diego Parra, su esposa Karina Acosta de Parra (29) y la empleada de una financiera, Milca Elizabeth López González (29), fueron detenidos ayer por la comisión de estafa a dicha entidad comercial que derivó en lavado de dinero.
La fiscala interviniente, Ruth Benítez, reveló que la empleada de la financiera tenía acceso al sistema de activación de tarjetas de crédito que son ofrecidas a clientes, debido a que por sus funciones contaba con los permisos gerenciales.
De ese modo, aparentemente, activó una tarjeta de crédito mediante la cual habría ejecutado el desvío de fondos, de acuerdo a los datos manejados. Para intentar ocultar la maniobra se fueron ejecutando pagos ficticios que burlaban el sistema de la financiera, aunque no ingresara dinero alguno.
De acuerdo a los informes del Ministerio Público, en los casi dos años que ejecutó la maniobra, entre 2022 y 2024, desvió alrededor de G. 1.774 millones al ejecutar 610 operaciones contabilizadas hasta la fecha.
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Tarotista y su pareja lavaban dinero a través de POS
De ese total, 53 operaciones fueron ejecutadas a través del sistema de cobro POS (point of sale o terminal de punto de venta) que figuraba a titularidad del tarotista y su esposa, quien fungía de peluquera.
En total, mediante el vínculo entre la pareja y la empleada de la financiera se desviaron unos G. 1.200.400.000, según precisó la fiscala.
Parra quiso justificar que dicho millonario monto se debió al pago por sus servicios, lo que hace suponer que cada sesión de “parapsicología” le costaba más de G. 22 millones a la empleada detenida. Sin embargo, comentó la fiscala que no pudo demostrar ello mediante ninguna factura tributaria, por lo que dicha práctica se configuraría bajo el hecho punible de estafa.
“Unas 53 operaciones que totalizaron la suma de G. 1.200 millones se efectivizaron a través de Diego Parra. Al momento del allanamiento y al incautar facturas no hemos encontrado un soporte que me dé cuenta de algún servicio prestado por esos montos”, mencionó.
Empleada llevaba una vida lujosa
La agente del Ministerio Público comentó que los más de G. 500 millones que la empleada no desvío a través de Parra y su pareja se presume que habría destinado a una vida de lujos, ya que se maneja que mantenía un nivel de vida alto y como prueba de ello se cuenta con comprobantes de compras. La fiscala comentó que en un día de shopping llegó a gastar hasta G. 60 millones en la adquisición de artículos personales.
En ese sentido, destacó el sistema financiero que facilita la trazabilidad del dinero en este tipo de hechos punibles económicos.
También destacó que el caso denota una omisión de los gerentes de la financiera que estaban a cargo de la empleada infiel, quienes debían haber descubierto el millonario perjuicio al ejercer un control.
Los detenidos tienen fijada para esta mañana la audiencia de imposición de medidas, a las 11:00.