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Los robos fueron descubiertos a partir de un inventario que hizo la empresa Punto Farma en su depósito central que funciona en Ñemby y que es de donde se distribuyen las mercaderías a todas las tiendas del país.
El trabajo arrojó como resultado que había un faltante de mercaderías por valor de unos G. 100 millones, principalmente en cremas y otros productos para la estética.
La fiscala de Ñemby, Lourdes Bobadilla, explicó que los directivos de la empresa entonces colocaron cámaras trampa en el depósito, como para tratar de identificar a los empleados infieles que sacaban los productos.
Fue así que saltaron varios sospechosos, entre ellos Pablo Sebastián Martínez Luzardi, de 21 años, quien trabajaba en el área de Recarga.
Al ser revisado su Facebook, por ejemplo, sus jefes ya descubrieron que abiertamente andaba ofreciendo a la venta “productos para el cuidado del rostro La Roche”, según se lee en uno de sus posteos, en el que aparecen las fotos de varios frascos que figuraban justamente como faltantes en el inventario de la empresa Punto Farma.
El empleado incluso consignaba en sus publicaciones su número de celular, el mismo que utilizaba como corporativo, y daba la ubicación de su domicilio particular para los potenciales compradores.
Con semejantes indicios, la fiscala Bobadilla ordenó la detención del empleado, que fue materializada el viernes último por policías de Investigaciones de Asunción justamente en el depósito de la cadena de farmacias.
Pablo fue llevado ya detenido a su casa, donde se recuperaron varios productos, pero al ser presionado delató a al menos ocho compañeros más que supuestamente también formaban parte de la rosca.
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Así, la comitiva regresó al depósito central de Punto Farma, donde también fueron apresados siete de los ocho delatados, que son Ángel Gabriel Delgadillo Montórfano, de 21 años; Víctor Andrés Rivarola Falcón, de 30 años; Claudio Narciso Benítez Fariña, de 23 años; Tulio Santino Torres Samaniego, de 18 años; Adán Evander Gayozo González, de 23 años; Darío Agustín Franco Ávalos, de 38 años, y Roque Alberto Lezcano Araújo, de 34 años.
Solo faltó uno que se encuentra de vacaciones, pero que también sería apresado en las próximas horas.
Con papel film
En su declaración, el primer detenido, Pablo Sebastián Martínez Luzardi, alegó que él nunca sacó los productos del depósito, pero que sí los vendía y se repartían las ganancias con sus compañeros.
Explicó que sus compañeros sacaban los frascos entre sus partes íntimas o dentro de sus zapatones y que los envolvían con papel film para que no se activara la máquina detectora de códigos de barra.
Reveló que también lo hacían dentro de los termos de agua, entre otras modalidades.
Un dato alarmante que dio el empleado infiel es que “realmente casi todos los funcionarios hacen lo mismo”.
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Imputados, pero libres
Por de pronto, dos de los ocho detenidos fueron imputados por hurto.
Se trata del primer detenido, Pablo Sebastián Martínez Luzardi, y Ángel Gabriel Delgadillo Montórfano, uno de los siete que cayeron en el segundo operativo.
Estos fueron favorecidos con la libertad ambulatoria por el juez de Luque, Nelson Romero. Los otros que aún no fueron imputados también salieron libres.