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Se trata de Bonifacio Martínez Cristaldo, de 42 años, quien acusó un tiro en la cabeza que le provocó la muerte de manera instantánea.
Nuestro compatriota estaba sentado en el primer asiento detrás del conductor del bus 104 de la empresa Expreso Río Paraná, que salió el sábado de Buenos Aires, Argentina, y debía llegar a Asunción, Paraguay.
El micro fue atacado el domingo de madrugada sobre la Ruta Nacional 14 de Argentina, en la zona de Chajarí, provincia de Entre Ríos, unos 520 kilómetros antes de la ciudad paraguaya de Encarnación, que es por donde debía venir el micro.
La Policía de esa región no sabe quiénes pudieron haber atacado el bus, pero sí confirmaron que el tirador usó un arma calibre 40, que tal vez sea de un rifle.
El conductor escuchó el disparo
Según los datos, el conductor del colectivo escuchó el disparo, porque estaba reduciendo la velocidad debido a que iba a alcanzar una rotonda.
Cuando estacionó el micro, los propios pasajeros le avisaron que uno de los pasajeros estaba muerto.
El paraguayo Bonifacio Martínez Cristaldo estaba regresando a su ciudad natal, San Patricio, para establecerse definitivamente en nuestro país, luego de vivir ocho años en Argentina.
De hecho, su esposa y dos hijos debían venir también en las siguientes semanas con el camión de mudanza que traería todas sus cosas.
El hijo mayor del ahora fallecido tiene cinco años. El menor tiene apenas nueve meses.
La familia de Bonifacio se quejó del trato que recibieron de parte de la empresa Expreso Río Paraná, que ni siquiera les avisó del percance.
Aparentemente, la misma empresa ya sufrió un atentado similar a fines de año pasado, aunque cuando eso no hubo fallecidos.
Los restos del compatriota, al menos hasta anoche, seguían en Argentina, debido justamente a la desidia de la empresa.