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En el marco del Operativo Veneratio, anoche llegaron al Centro de Rehabilitación Social (Cereso) de Itapúa 129 personas privadas de su libertad, supuestos miembros de la facción criminal conocida como clan Rotela. Los internos fueron trasladados en tres autobuses de las Fuerzas Armadas, acompañados por un dispositivo de seguridad a cargo de la Policía Nacional, que realizó el acompañamiento.
En total, 130 personas fueron trasladadas desde el penal de Tacumbú, pero, una vez en el reclusorio de Cambyretá, se verificó que uno de ellos estaba dentro del grupo por equivocación.
Un funcionario penitenciario, identificado como Eugenio Agüero Pereira, fue separado del grupo al verificarse que habría sido tomado como rehén por los reclusos en Tacumbú y durante la intervención policial fue reducido y desvestido como si fuera uno más de los presos.
En total, tres funcionarios penitenciarios pasaron por la misma situación: uno habría llegado al penal de Concepción y otro hasta la penitenciaría de Coronel Oviedo.
Habría 1.600 internos, el doble de la capacidad de Cereso
El centro penitenciario de Itapúa cuenta con 1.470 internos y con la llegada de los miembros del Clan Rotela estaría cerca de las 1.600 personas privadas de libertad. La cárcel está preparada para poco más de la mitad de lo que hoy corresponde a la población penitenciaria.
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Anteriormente, el Cereso no contaba con miembros de esta facción criminal, pero sí con un pabellón exclusivo para internos del Primer Comando da Capital (PCC).
Esta situación, aparte de agravar el hacinamiento de la cárcel, constituye un peligro para la seguridad.
Operativo Veneratio
Agentes de la Policía y de las Fuerzas Armadas incursionaron ayer en la Penitenciaría Nacional de Tacumbú con el objetivo de recuperar el control de la principal cárcel del país, parcialmente tomada por el clan Rotela, en el marco de la Operación Veneratio.
Luego de un enfrentamiento con los uniformados, Armando Rotela, líder del clan Rotela, se rindió y fue extraído de la penitenciaría y trasladado a un centro de máxima seguridad. Otros 700 “soldados” del clan fueron llevados a otras penitenciarias.