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La operación internacional Dakovo, que contó con la participación de la Senad y del Ministerio Público por parte del Paraguay, además de la Policía Federal Brasileña y el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos, logró la captura de parte importante de los involucrados en un esquema de tráfico ilegal de armas.
Según dio a conocer esta mañana la Senad, un total de 1.823 armas de fuego, de las cuales 611 corresponde a armas largas y unas 1.212 a armas cortas, significaron un golpe aproximado de US$ 5,2 millones.
Además, reportaron la incautación de dinero en efectivo por US$ 87 mil, cheques, por US$ 96 mil. También se incautaron relojes por aproximadamente US$ 250 mil y lapiceras por US$ 50 mil.
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Además, la Senad dio a conocer el rol que cumplía cada uno de los 13 detenidos, en el esquema delictivo que fue desarticulado ayer.
Operativo Dakovo: los “doleiros”
Francisco Ayala, vocero de la Senad, señaló que el mecanismo de pagos de esta organización se realizaba a través de dos personas, denominadas doleiros, uno en Paraguay y otra en Estados Unidos.
Ricardo Luis Morra Gadea, el que operaba en nuestro país, ya está detenido, mientras que Eduardo Pallarés, el asentado en Kansas, Estados Unidos, aún no se tiene confirmación de su captura o no.
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Ayala explicó que estas personas “pulverizaban” grandes cantidades de dinero a través de un sistema llamado Hawala. Lo que hacían era dividir los envíos en pequeñas transacciones menores a US$ 5.000 para evitar ser detectados en el sistema financiero.
“Se habilitaban varias cuentas manejadas por estas personas, y cada cuenta recibía pequeña parte del pago, eso luego se agrupaba y la persona Pallarés era el encargado de pagar a las fábricas por las armas. Entonces el dinero no se podía rastrear”, explicó Ayala.
Dakovo: ¿qué rol cumplían los efectivos militares?
En el esquema desarticulado en el operativo Dakovo, los efectivos militares -activos y retirados-, cumplían roles fundamentales, según los investigadores.
Arturo Javier González Ocampo, excomandante de la Fuerza Aérea, era según la investigación el que proveía de contactos políticos y favores para la organización criminal. González Ocampo ejerció el cargo hasta fines de noviembre pasado, cuando fue sustituido y pasado a retiro.
Bienvenido Santiago Fretes González, exjefe de Renar/DIABEL, era, según los investigadores, quien se encargaba de facilitar el registro de las armas importadas por la empresa.
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Cinthia María Turro Braga, exasesora jurídica de Dimabel, se encargaba de recepcionar y responder los documentos requeridos por la justicia. Josefina Cuevas Galeano, exjefa de importaciones de Dimabel, se encargaba de facilitar las importaciones de la empresa y de dificultar o anular las importaciones de la “competencia”.
Otros supuestos colaboradores de la organización
La Senad señala que, además, existían otros colaboradores de la organización entre los que se encuentran dos traficantes, cinco vendedores de armas y dos propietarios de firmas que participaban de las operaciones.
Entre los traficantes de armas señalan a Julio Cesar Cubas Cantero, de 39 años y de nacionalidad paraguaya, y Ángel Antonio Flecha Barrios, de 45 años, también paraguayo.
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También aparecen cuatro vendedores, entre ellos, María Mercedes Ocampos Centurión, paraguaya de 31 años; Aliane Magalí Marengo Subeldía, paraguaya de 36 años; Paulo César Fines Ventura, paraguayo de 39 años; y Aldo Cantero Cáceres, paraguayo de 45 años de edad.
Entre los propietarios de firmas de casa y pesca involucradas, según los investigadores, incluyen a Manuel Antonio Gómez Ojeda, paraguayo de 46 años y Arnaldo Andrés Cubas Cantero.