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Geremía Quiñónez Flores, de 71 años, fue denunciado por dos menores de edad por presunto abuso sexual. Luego de la primera denuncia fue puesto en libertad con arresto domiciliario, el cual violó y fue detenido en la vía pública tras registrarse una segunda denuncia por el mismo hecho punible.
Las dos menores asistían a la iglesia con sus familias, por lo que el acusado era cercano a ambas. La primera denuncia es de julio de este año y la segunda, de este mes de octubre.
La sacó de su casa para llevarla a un reservado
La comisaria Rossana Amarilla, jefa de la Comisaría Octava de Capiatá, relató los detalles que se plasmaron en la denuncia de ambas víctimas.
El caso de la primera menor comienza con mensajes de WhatsApp en que el pastor Geremía le preguntaba cuándo iba a ir, por lo que la víctima se sentía incómoda. La menor de edad vive en otra ciudad, pero se encontraba de vacaciones de invierno en casa de un familiar.
El pastor llegó a la casa cuando ella se encontraba en compañía de un familiar encamado. Pidió permiso para llevarla al mercado con la excusa de comprar víveres y verduras para la persona enferma.
La menor relató que no quiso ir, pero el familiar le insistió y tuvo que ceder. El destino fue un reservado de la zona, donde un portero habría visto a la menor pero no los detuvo, según la denuncia.
Ingresaron a una habitación, en la que el pastor comenzó a hablar con la menor para tranquilizarla, ya que estaba muy asustada. Le dijo que no pasaría nada si ella no quería, mientras le tocaba la cabeza, el brazo y las piernas.
En un descuido del hombre, la menor, que tenía su celular consigo, logró sacar fotos de la habitación, comentó la comisaria.
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El pastor insistía y la menor comenzó a llorar sin parar, hasta que salieron del lugar para no levantar sospechas y fueron a hacer las compras al mercado; sin embargo, en todo el trayecto, el hombre insistía en que no dijera nada de lo ocurrido.
Un familiar de la menor se percató de que estaba “rara”, por lo que se acercó a ella, hasta que le contó lo que había pasado con el pastor. Inmediatamente se acercaron a la Comisaría y realizaron la denuncia.
Geremía Quiñónez fue detenido pero puesto en libertad con arresto domiciliario, alegando que lo que ocurrió era “cosa del diablo”. Miembros de la comunidad marginaron a la familia de la denunciante y desmintieron el hecho.
El segundo caso ocurrió en el templo
La denuncia realizada en octubre, tres meses después del primer hecho, tiene como víctima a otra menor de 11 años.
Según el relato de la menor, ante la jefa de la Comisaría Octava, el pastor subió a un altillo, donde ella se encontraba limpiando, y la apretó contra la mesa de una computadora, pero ella se resistió.
Una vez más, el pastor pidió que no dijera nada y luego de insistir un par de veces más, la dejó.
Sin embargo, el hombre aprovechó que la menor de edad se encontraba en la escalera para volver a intentar cometer un hecho punible.
En esta ocasión, la besó en el cuello y en los labios, además de apretarla nuevamente contra una pared, sin que ella pueda defenderse; sin embargo, logró zafar de sus brazos.
La detención del pastor
Tras recibir la segunda denuncia, la comisaria Amarilla contactó nuevamente con el Ministerio Público y mientras se realizaban los trámites administrativos de rigor para allanar la vivienda, envió a personal de la Comisaría para montar guardia en las inmediaciones.
Gracias a ese accionar preventivo se pudo aprehender al hombre cuando salía de su casa, presuntamente con intención de fugarse y violando el arresto domiciliario.
Primeramente negó “conocer al pastor”, al ser consultado por los agentes, a los que intentó sobornar ofreciendo “arreglar la situación”.
Fue detenido este lunes y puesto a disposición del Ministerio Público. Hasta el momento, permanece en la dependencia policial.