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En el proceso abierto por entradas falsas para el show de Bad Bunny en Paraguay, el juez penal de garantías N° 9 Rolando Duarte Martínez fijó para las 9:00 del 31 de octubre próximo la realización de la audiencia preliminar y convocó a los supuestos editores Antonio Emanuel González Zayas (20) y Elías Josué Arias Giménez (21), acusados por los supuestos hechos de estafa, en calidad de coautores, y producción de documentos no auténticos, en calidad de autores y coautores.
Los hoy acusados fueron detenidos en procedimientos simultáneos en Lambaré, donde cayó Antonio González, y en San Lorenzo, donde fue apresado Elías Arias. El fiscal encargado de la investigación es Silvio Corbeta Dinamarca, de la Unidad Especializada en Delitos Económicos y Anticorrupción.
La acusación fue firmada y presentada por el fiscal de la misma unidad fiscal, Luis Piñánez.
La pesquisa se inició ante una denuncia presentada por la empresa productora de eventos “G5 Pro”, que había alertado al Ministerio Público sobre la posible venta de tickets falsificados para el concierto del artista reggaetonero Bad Bunny, que se presentó el 11 de noviembre de 2022 en el estadio “La Nueva Olla”.
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Perjuicio de G. 562 millones con entradas falsas
De acuerdo con datos presentados por la Fiscalía en su acusación, las entradas originales -en modalidad digital- se pusieron a la venta a través de la firma Ticketea, desde el 28 de enero hasta el 31 de octubre de 2022. En ese mismo periodo de tiempo, Antonio González, a través de programas informáticos, supuestamente creó entradas falsas que fueron utilizadas por él y puestas a la venta a través de Elías Arias.
Mediante la conducta desplegada supuestamente por los acusados, con la venta de entradas no auténticas en el periodo de tiempo señalado, entre enero y octubre de 2022, los mismos lograron obtener un beneficio económico de poco más de G. 562.992.407.
Señala el documento fiscal que dichos beneficios financieros fueron obtenidos de forma indebida a partir de engaños a los compradores, quienes pagaron sumas de dinero por la adquisición de los boletos apócrifos bajo el convencimiento de que se trataban de tickets oficiales.
Agrega que no solo los compradores de las entradas falsificadas cayeron en el engaño, sino también varios revendedores, quienes fueron captados principalmente por el acusado Elías Arias, quien según la investigación era el encargado de la reventa de las entradas obteniendo comisiones.
Modalidad desplegada con las entradas
De acuerdo con la información recabada por los investigadores, cuando los compradores remitían los pagos correspondientes por las entradas, a través de transferencias bancarias, giros o en efectivo a los acusados o sus revendedores, las entradas falsificadas en formato digitales eran remitidas a los adquirentes vía WhatsApp o por un link que al abrir daba directamente a una plataforma de Drive (nube), donde estaban los tickets en formato PDF.
Los hoy acusados incluso llegaron a comercializar boletos de sectores que ya estaban agotados, además de ofrecerlos por un valor mucho mayor al establecido por la empresa distribuidora.
Los boletos oficiales eran comercializados en formato digital; sin embargo, la organización del evento logró detectar la vulnerabilidad de su sistema de venta, lo que obligó a implementar el canje de las entradas digitales por entradas físicas, como forma de contrarrestar las falsificaciones.
Editores utilizaban redes sociales para los engaños
Tanto Antonio González como Elías Arias armaron un esquema de venta y de distribución con comisiones para los revendedores, que captaron a fin de ampliar su cobertura a nivel nacional y así obtener mayores ingresos ilícitos, a través de la creación de grupos de WhatsApp.
En cuanto a la distribución de las responsabilidades entre ambos, se tiene el dato de que Antonio González era quien conseguía o creaba las entradas digitales no auténticas a través de programas informáticos y luego las distribuía a su socio Elías Arias y, a través de este, a grupos de revendedores.
Esas mismas entradas creadas por González luego eran ofertadas al público a través de las distintas redes sociales, así como cualquier otro sistema de mensajería móvil, en tanto que las ganancias en dinero las percibían a través de cuentas bancarias y los revendedores cobraban un porcentaje de las ventas como comisiones.
Todas las entradas fueron editadas o reproducidas por Antonio González, luego con la ayuda de Elías Arias, quien luego ofertaba dichas entradas a través de las redes sociales Instagram, WhatsApp, Marketplace, Facebook y otras plataformas digitales.