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La jueza penal de garantías Especializada en Crimen Organizado, Rosarito Montanía, resolvió a través de su AI N° 225 ordenar el secuestro de las sumas de US$ 32.515 y G. 4.987.000, incautadas del domicilio de María Virginia Araki, esposa del procesado por A Ultranza Federico Santoro, ubicado en Ciudad del Este, y su depósito en una cuenta de la Senabico.
Así también, la magistrada declaró el citado bien pecuniario como sujeto a eventual comiso ante una eventual condena en juicio oral. Mientras tanto, estarán bajo disposición de la Secretaría Nacional de Administración de Bienes Incautados y Comisados (Senabico).
Esto fue como consecuencia del pedido hecho por el fiscal de Narcotráfico Deny Yoon Pak, director de la investigación denominada A Ultranza, quien señaló que tanto Federico Santoro como María Araki tendrían participación en hechos relacionados al tráfico internacional de drogas, lavado de activos y asociación criminal.
En ese contexto, el fiscal subrayó que existe la sospecha de que el dinero que la pareja tenía en su poder sería producto de las actividades ilícitas, que fue recibido por estos a cambio de divisas y la generación de Token, que es una modalidad bastante utilizada por el grupo de Sebastián Enrique Marset Cabrera, según obtención de datos de la aplicación de mensajería encriptada “Sky Ecc”.
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Santoro cayó preso a más de un año de A Ultranza
El uruguayo Federico Santoro fue detenido por agentes de la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad) en la ciudad de Minga Guazú, departamento de Alto Paraná, el 23 de agosto a las 18:00, y junto con él su esposa María Virginia Araki, cuya vivienda de Ciudad del Este fue allanada posteriormente.
Según los datos, Federico Santoro habría escapado hacia el Brasil, donde se instaló en la ciudad de Foz de Yguazú, poco antes de que se haya ejecutado el operativo A Ultranza el 22 de febrero de 2022, cuando fueron detenidas 14 personas, las cuales ya están acusadas y a la espera de la audiencia preliminar.
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Mientras que Santoro se encontraba en el vecino país, su esposa residía en Paraguay, desde donde presuntamente manejaba y administraba los bienes de la organización criminal que estaban a cargo de su marido, bajo instrucciones de este.
Es así que la vivienda de María Araki fue allanada el 24 de agosto pasado y en esta se hallaron 304 billetes de US$ 100; 21 billetes de US$ 50; 37 billetes de US$ 20; 15 billetes de US$ 10; 15 billetes de US$ 5; 100 billetes de US$ 1, 41 billetes de G. 100.000; 2 billetes de G. 50.000; 9 billetes de G. 20.000; 24 billetes de G. 10.000; 39 billetes de G. 5.000 y 86 billetes de G. 2.000, que fueron incautados.
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Supuesta participación de Santoro en estructura narco
Entre 2020 y 2022, Federico Santoro habría formado parte de la organización criminal liderada, entre otros, por su compatriota Sebastián Marset, dentro de la cual cumplió la función de recibir, en concepto de pago, dinero proveniente del tráfico internacional de cocaína realizado por el grupo ilícito unido en el territorio paraguayo, el cual era remunerado por la organización criminal receptora de la droga en el extranjero, según datos proporcionados por la Senad.
Según los datos, Federico Santoro habría sido el encargado de administrar las ganancias y gestionar los pagos a los demás integrantes del grupo criminal por sus respectivas participaciones en la actividad de remesar la sustancia ilícita, cuyos montos previamente eran fijados y autorizados por Marset Cabrera, y a tal efecto llevaba el registro del dinero recibido y los pagos efectuados.
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La forma en que Santoro efectuaba los pagos era mediante la generación de “Token”, el cual le enviaba a Marset y a los integrantes del grupo criminal que el citado le indicaba o autorizaba. Dicho código era generado tanto desde el Paraguay como desde el extranjero, con el fin de que sea utilizado por los integrantes de la organización criminal, según los investigadores.
Además, Santoro se habría encargado de recibir maletas o bolsones cargados de fajos de billetes en dólares norteamericanos, euros y otro tipo de moneda, en concepto de pago por las cargas de cocaína enviadas al extranjero, siempre de acuerdo con los datos manejados por los antidrogas. Ese dinero lo guardaba para su administración e inserción dentro del sistema económico y financiero nacional, entre otras formas, mediante el cambios de divisas.
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De acuerdo con la información obtenida por los investigadores, Federico Santoro tenía los contactos adecuados en la frontera del país, específicamente en Ciudad del Este, departamento de Alto Paraná, donde residía, lo que le permitía obtener una mayor ventaja al momento de su conversión. Igualmente, Santoro se ocupó de transferir a las cuentas habilitadas en el extranjero, entre otros, en Estados Unidos, a favor de Marset.
Fungía de asesor del grupo narco, según investigadores
Federico Santoro además cumplía la función de asesorar a Marset en cuanto al método más adecuado para realizar las transferencias y los pagos encargados, ya que el referido tenía los conocimientos acerca de los cuidados que se debían tomar al respecto, debido a la experiencia que adquirió en el pasado, entre otros, como dependiente laboral en las casas de cambios.
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De la misma forma, Santoro era el encargado de gestionar los pasajes de vuelos para los integrantes de la organización criminal y sus familiares, generalmente a favor de Sebastián Marset y Alberto Koube Ayala, atendiendo a que el citado tenía los contactos apropiados, ya que se dedica al rubro de agencia de turismo.
Es importante resaltar que Santoro tenía una relación de confianza tanto con Sebastián Marset como con Alberto Koube, razón por la cual, en abril de 2021, los tres viajaron a Dubái. También, en particular Santoro y Koube, realizaban entre sí transferencias bancarias, tanto en moneda guaraní como en divisas extranjeras.
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Asimismo, posterior al procedimiento A Ultranza Py, Federico Santoro, quien residía en Ciudad del Este, abandonó el país para residir en la ciudad de Foz de Iguazú, Brasil, y habría transferido sus bienes (inmuebles y rodados) a nombre de terceras personas. Sin embargo, ellos seguían siendo utilizados por Santoro y su pareja. Esta última, además, se habría encargado de administrar dichos bienes, como también los pertenecientes a la organización criminal, ya que Santoro no podía operar en Paraguay.