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El comisario general director Carlos Humberto Benítez González, de 52 años de edad, domiciliado en Areguá, es el mejor egresado de la promoción 1991 de la Academia Nacional de Policía. Es psicólogo y está próximo a recibirse de abogado. Está casado con una docente y es padre de un estudiante de Medicina.
Carlos Benítez es hijo de un ex alcalde policial que pasó a retiro como suboficial. Tiene nueve hermanos, de los cuales tres son policías, aunque uno de ellos ya retirado. Una de sus hermanas fue Miss Paraguay.
Desde el 15 de setiembre de 2022, Carlos Benítez venía desempeñándose como director general de Prevención y Seguridad, que es el tercer cargo más importante en la Policía, por detrás de comandante y subcomandante.
Antes de eso, fue director general de Inteligencia Policial, director de Policía de Alto Paraná, director de Planificación Estratégica, director de Inteligencia del Ministerio del Interior, jefe de la Agrupación de Seguridad, director de la Academia Nacional de Policía y jefe de la Secretaría de Prevención e Investigación del Terrorismo (Seprinte), entre otros cargos.
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En su discurso de ayer, Carlos Benítez calificó a su antecesor, Gilberto Fleitas, como magnífico comandante. Pidió a la ciudadanía que confíe en su Policía, “a pesar de los manifiestos errores”.
Se refirió igualmente a la corrupción y a la delincuencia internas, que admitió representan una amenaza para la sociedad y para la propia Policía, “considerando el eventual manejo de información sensible”. Al respecto, anunció “una serie de revisiones en los sistemas de control aplicados al personal policial”.
El último gran escándalo que afectó a la institución fue el supuesto apriete perpetrado el sábado último por un grupo de policías de Investigaciones de Asunción a un presunto traficante y el aparente robo de una carga de cocaína, en Luque.
Comisario Ramón Javier Morales Ojeda, subcomandante de la Policía
Aunque aún falta el decreto correspondiente, el propio Carlos Benítez anunció públicamente ayer al que va a ser su subcomandante, su camarada de promoción 1991, el comisario general director Ramón Javier Morales Ojeda, de 53 años.
Este sigue siendo hasta hoy el director general de Inteligencia Policial, aunque antes fue director de Policía de Central, director de Policía de Boquerón y jefe de las comisarías 6ª, 9ª y 19ª de Asunción, así como de la 16ª de María Auxiliadora (Itapúa) y de la 3ª de Villarrica (Guairá), entre otros.
Las vacancias dejadas por el nuevo comandante y el nuevo subcomandante serían cubiertas por los comisarios generales inspectores Rubén Darío Paredes Cáceres y César Roberto Silguero Lobos, ambos de la promoción 1992.
Paredes, quien es director de Policía de Asunción, iría en vez de Benítez a la Dirección General de Prevención y Seguridad. Silguero, quien es director de Hechos Punibles, se posicionaría en vez de Morales en la Dirección General de Inteligencia Policial.
Sin embargo, las movidas generales naturales, es decir, por el pase a retiro de la promoción 1993 que completa 30 años de servicio, se harían en la primera quincena de setiembre, cuando asumirían los otros nuevos directores generales y directores que formarán parte de la nueva cúpula policial del Gobierno de Santiago Peña.
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Con autorización del comandante
Justamente, con relación a los comisarios que deben ser promocionados por este Gobierno, el ministro Enrique Riera fue categórico ayer en su discurso en la Academia de Policía.
“Ya no dependerá del humor de un ministro, la decisión política de un amigo nuestro, la promoción, el traslado o el ocupar un cargo dentro de la institución. Yo les pido públicamente a todos los amigos que trabajan y que trabajaron conmigo dentro y fuera de los partidos políticos, que les voy a atender todas las veces, todos los llamados, todos los pedidos, pero que no se va a hacer ningún cambio, ningún traslado, ningún ascenso, ni una promoción, sin la autorización del comandante de la Policía Nacional”, avisó el ministro Riera.
“Avancemos hacia la institucionalidad”, ratificó el secretario de Estado al momento de ser aplaudido por los presentes ante el anuncio de que supuestamente ya no habrá injerencia política en la Policía.
Sin embargo, varios de los comisarios principales que pretenden ascender a comisarios generales están haciendo intenso lobby ante sus “padrinos” para conseguir un lugar en la nueva cúpula.
Sobre el nuevo comandante, el ministro del Interior dijo que “es un lujo para esta institución” y que “va a tener el cien por ciento del respaldo a la institucionalidad. Usted tiene la confianza absoluta del Poder Ejecutivo, que administrará los propios fondos de la Policía y, estoy seguro, con absoluta transparencia”.